El mercado espera que el riesgo país pueda seguir convergiendo hacia niveles inferiores.
Los analistas siguen viendo potencial en la renta fija argentina e identifican cual puede ser el título con mayor alza.
Esperando mayores subas en la deuda
El mercado espera que el riesgo país pueda seguir convergiendo hacia niveles inferiores.
Actualmente, el nivel de EMBI se encuentra en 344 puntos básicos, mientras que el riesgo país argentino se encuentra en 1311 puntos.
Los niveles en los que se ubica el riesgo país actualmente se encuentran por encima de la mediana que tuvo el Gobierno del ex presidente Mauricio Macri de 463 puntos y del promedio de dicha gestión que fue 631 puntos básicos.
También se encuentra por encima de los valores de mediana de largo plazo del riesgo país desde 2005 hasta la actualidad de 766 puntos, y por encima del promedio de dicho periodo que es 1076 puntos básicos.
En otras palabras, el riesgo país aún tiene espacio para seguir comprimiendo hacia niveles inferiores, en línea con valores alcanzados en el pasado.
Pedro Siaba Serrate, Head of Research & Strategy de PPI, advirtió que aún después del recorte de 130 puntos básicos en lo que va del mes, el riesgo país en estos niveles, todavía implica un mercado internacional de capitales cerrado para Argentina.
“Al plantear un horizonte de mayor plazo, creemos que el riesgo país debería comprimir al menos hasta la mediana de los últimos 20 años (752 puntos básicos) para incrementar la probabilidad de acceder al mercado internacional. De ser así, el rendimiento de Argentina podría converger a niveles similares a países con una calificación por encima de la nuestra”, indicó Siaba Serrate.
Diego Martínez Burzaco, head de estrategia de Inviu, espera que el primer objetivo del riesgo país debiera ser apuntar a los 1000 puntos.
Bajo ese escenario, desde Inviu se siguen inclinando por el trapo medio de la curva.
“Nos gusta el GD35, ya que nos cierra la ecuación de riesgo retorno. Tiene un poquito más de duration y eso permitiría captar más de la condición de spreads que el trapo corto de la curva. Creemos que, dada el bajo spread que la ley NY y ley Argentina, en este momento hay oportunidades en ese título”, afirmó.
Actualmente la curva soberana opera con tasas de 20% en el tramo corto, pasando a niveles de 17% en el tramo medio y de 15% en el tramo más largo.
Existen señales contrapuestas en la curva.
Por un lado, el diferencial de tasas entre la curva ley NY y ley local se ha comprimido, por lo que el mercado realiza un trato igualitario entre ambas legislaciones.
Esto demuestra que el mercado no espera un evento crediticio de corto plazo, por lo descarta la demanda de bonos de ley internacional, como parte de una estrategia de cobertura legal.
Sin embargo, la curva sigue invertida, lo que podría indicar algún temor sobre un evento crediticio. Por lo tanto, ante una baja del riesgo país, la curva podría normalizarse y así despejarse los temores de un evento crediticio.
Javier Scelato, Senior Portfolio Manager en Fondos Fima, afirmó que aún a pesar del rally de los bonos, los rendimientos de los títulos locales siguen muy elevados.
“A pesar de la compresión en la curva en dólares como producto de una mejor percepción del riesgo como así del flujo para el blanqueo, vemos que un bono en dólares como por ejemplo el Global 2029 en TIR del 19% está todavía lejos en spread comparado contra bonos largos de la curva CER como podría ser el caso del TX28 actualmente en TIR del 10,4%”, detalló.
En ese sentido, agregó que, si se observan períodos como 2016 o 2017, el spread entre ambas curvas estaba en el orden 200 a 300 puntos básicos.
“Mirando la foto 2024 entendemos que la curva CER, la cual ofrece tasa real positiva va estabilizándose en nuevos máximos, mientras que a la curva en dólares y a pesar de estar invertida le quedaría compresión en el primer tramo”, explicó.
En el trayecto hacia una mayor suba en los títulos locales, Scelato agregó que el mercado está expectante a las buenas noticias, pero mientras tanto se van conociendo otras como el hecho de asegurar el pago de intereses de deuda en enero.
“Queda un camino por recorrer para conocer cual debiera ser el nivel del riesgo país, pero la curva CER en su tramo largo, adicionando un plus para la curva en dólares considerando un mercado sin restricciones de tipo de cambio, podría ser un buen predictor. Creemos que el GD35 ofrece un delivery por apreciación atractivo de darse compresiones adicionales de curva”, afirmó.
Potencial de los bonos
Tomando desde el piso de julio de 2022 hasta la fecha, los bonos subieron más de tres dígitos en todos los tramos de la curva.
El tramo más corto avanzó entre 225% y 255%, mientras que el medio ganó entre 175% y 185%.
Finalmente, los bonos más largos registran subas de entre 112% y 125%.
Bajo el escenario en el que el riesgo país apunta a niveles cercanos a los alcanzados en el pasado, esto implicaría una mejora en el valor actual de los títulos.
Por lo tanto, los inversores buscan oportunidades de inversión dentro de la curva soberana, identificando cual podrían ser los bonos con mayor recorrido.
Siaba Serrate agregó que, en este escenario, podría normalizarse la curva soberana, lo cual implica no solamente un desplazamiento vertical de todos los rendimientos, sino un cambio en la pendiente.
“Este fenómeno implicaría una reducción general del riesgo a lo largo de la curva, por lo que es importante tener en cuenta la duration de los títulos. Ante este contexto de normalización, el GD35 todavía presenta el mayor upside potencial de la curva de bonos legislación NY”, remarcó.
Agustín Helou, trader de Portfolio Investments, espera que el tramo medio de la curva sea el más beneficiado.
“Partiendo de la base de escenarios optimistas, donde el riesgo país comprime, podemos pensar escenarios muy optimistas, moderados y conservadores. En el muy optimista conviene el GD35 y lo más conservador sería el GD30. Creo que el que tiene más upside en el optimista el GD35, y el más estable en todos los escenarios es el GD30”, comentó.
Según estimaciones de Facimex Valores, ante un aplanamiento o normalización de la curva soberana (que vuelva a tener pendiente positiva), el tramo corto es el que más podría subir, con avances de 11%.
A su vez, ante las chances de que la deuda argentina converja hacia créditos emergentes similares (“B”), las mayores ganancias se darían en el GD35, GD38 y GD 41, con ganancias de entre 49% y 53%.
Pablo Lazzati, CEO de Insider Finance, considera que los bonos argentinos aún mantienen su potencial alcista.
“Aunque los precios se están acercando a los niveles de la negociación de Guzmán, que oscilaban entre los 60 y 65 dólares para los Bonares y Globales, superar este umbral podría establecer un nuevo nivel”, indicó.
Por otro lado, y en cuanto a las explicaciones del rally, Lazzati entiende que este impulso proviene del reciente blanqueo.
“Muchos inversores, prefiriendo evitar la alícuota del 5%, optan por colocar su efectivo en bonos, acciones y ON. Sin embargo, estos deben mantenerse hasta el 31 de diciembre de 2025. Por lo tanto, no anticipamos una caída en el corto plazo, sino que esperamos que los bonos continúen su ascenso, aunque a un ritmo más moderado que el observado en las últimas tres semanas”, dijo Lazzati.
Finalmente, Juan Pedro Mazza, estratega de Cohen, explicó que, si bien la curva soberana argentina se mantiene invertida a pesar del importante rally que acumulan en septiembre, las chances de una normalización persisten.
“En tanto la situación económica del país siga mejorando, es esperable que el riesgo país caiga y la curva tienda a una forma normal. Bajo este escenario, las tasas de los bonos del tramo cortos (29 y 30) caerán hasta quedar por debajo de los bonos largos (35, 38, 41 y 46). En la jerga, se conoce este proceso como un Bull Steepening. Para capitalizarlo, sugerimos tomar posiciones en el GD30 por su mayor liquidez en relación al GD29 y por su spread legislativo bajo en relación al AL30”, comentó.