La ciudad de Tandil lanzó su temporada veraniega apostando a consolidarse como un importante destino turístico dentro de la provincia de Buenos Aires gracias a una combinación entre el majestuoso marco de sus sierras, el atractivo de sus paisajes y una propuesta gastronómica que comienza a cobrar vuelo propio en Argentina.
Con más de 300 hectáreas verdes bajo cuidado municipal, parques, diques, monumentos y el atractivo natural, la propuesta ya no sólo responde a la necesidad del miniturismo porteño, sino que es receptora de visitantes de su zona de influencia en el sur de la provincia y de otros puntos geográficos del país.
El acto que se realizó el viernes en un imponente hotel que cuenta con cancha de golf y spa, sirvió como puntapié formal del período estival, que fue bautizado con el lema “Desconectá, reconectá con Tandil” y que fue encabezado por el secretario de Turismo, Daniel Scioli, y por el intendente local, Mario Lunghi.
“Tandil no es un lugar más, ha marcado mi vida”, dijo el funcionario nacional y afirmó estar “convencido que la temporada va a ser mucho mejor que lo que algunos agoreros suponen y que le vienen chingando bastante”.
Por su parte, el histórico jefe comunal, destacó que la suya “es una gran ciudad, con una sociedad muy buena, emprendedora. Tiene sierra, tiene balneario, tiene deporte, tiene hotelería y restaurantes de primer nivel”.
Lunghi, quien comanda el Ejecutivo desde hace varios períodos, señaló además que el turismo “que avanza en forma permanente, hace mejor a la sociedad” ya que quien “trabaja sabe que tiene que tratar bien para que la gente vuelva”.
Quienes conocen de la historia del distrito que se presenta hoy como “la ciudad intermedia más importante del país”, recuerdan, que años atrás, con el cierre de la industria metalmecánica local, el futuro parecía muy oscuro.
Sin embargo, gracias al turismo y a la apuesta por un cluster tecnológico que hoy cuenta con los egresados de la Universidad del Centro de la Provincia y de empresas como Globant, Tandil tiene una desocupación cercana al 4%, bastante por debajo de la media nacional.
En ese sentido, la ciudad ofrece una importante variedad hotelera con más de 10 mil plazas que van desde cabañas a hoteles de máximo nivel entre los que se cuenta uno con dos canchas de tenis aprobadas por el organismo internacional que regula ese deporte y que fueron utilizadas en reiteradas ocasiones por el máximo exponente local, Juan Martín del Potro.
“Tandil también es un punto para recargar energías en viajes largos. Nosotros tenemos visitantes que van de Mendoza a Mar del Plata, que quizá podrían completar la ruta sin parar, pero eligen quedarse dos días acá”, comentó el secretario de Turismo local, Diego Martín.
Además se celebran eventos deportivos masivos y más de 10 fiestas populares. Hace pocos días, la fiesta del Queso congregó a más de 40 mil personas en la ciudad.
El sector agroindustrial ha sabido ganar en calidad de productos alimentarios de diverso tipo. Aunque se sigue destacando su salame con denominación de origen y toda una serie de chacinados, existe una expansión de la quesería, la apicultura y la vitivinicultura. Ya hay más de 20 viñedos y una bodega que trabaja en las sierras del lugar y que comienza a abrirse al turismo enológico, un modelo exitoso exportado desde Mendoza.
Esas materias primas ven su correlato en la gastronomía local que, según la información oficial, hace que un comercio del rubro abra sus puertas cada semana, con propuestas que van desde bodegones, pasando por cervecerías, hasta llegar a la cocina de autor.
En el distrito desde hace más de 20 años funciona un instituto mixto que congrega a los empresarios del sector turístico y al Estado para definir políticas a corto, mediano y largo plazo. Bruno Cerone, su representante, dijo que Tandil dejó de ser “una ciudad con turismo para ser una ciudad turística”.
“Esta es una ciudad hermosa que necesita ser mostrada en el país. Una persona en Buenos Aires, a las 4 deja de trabajar y a las 8 está tomando una cerveza mirando la sierra. Eso es muy bueno”, concluyó.