El aeronáutico es un sector particularmente sensible a la conflictividad gremial porque basta con que adhiera una sola rama para que la actividad se detenga prácticamente por completo. El rompecabezas sindical es aún más amplio, pero no todos participan de la medida de fuerza que se espera para mañana y que afectará durante nueve horas las salidas en el Aeroparque Jorge Newbery y el Aeropuerto Internacional de Ezeiza por la frustrada negociación salarial entre los gremios y la compañía estatal Aerolíneas Argentinas.

El viernes pasado ya hubo un paro aeronáutico que fue parcial y que afectó a más de 5000 pasajeros. Estuvo previsto de antemano de acuerdo a la hoja de ruta de reclamos que le habían anunciado los gremios a la Secretaría de Trabajo, que encabeza Julio Cordero. En ese marco el funcionario, por orden de la Casa Rosada, evitó el llamado a una conciliación obligatoria para exponer a los sindicalistas que encabezaron el reclamo. El eje de la pulseada es salarial: los gremios denuncian una caída de 72% en el poder adquisitivo de sus salarios desde noviembre a la actualidad.

A esta medida, justo una semana después, se suma el nuevo anuncio que fue detallado este jueves: a través de un comunicado se confirmó que este viernes se paralizarán las partidas en la franja horaria desde las 5 hasta las 14.

Detrás de la disputa salarial, está en juego, además, la redefinición de la política aerocomercial y un cambio de fondo en las condiciones laborales, con reducción de costos, flexibilización de leyes y controles, y hasta el posible final de los convenios colectivos. No se descarta, incluso, romper el modelo vigente y habilitar sindicatos por empresa, como sucede con las empresas low-cost. Por esta razón, el conflicto están aún lejos de finalizar.

Las caras de la protesta

El paro es liderado por Pablo Biró, titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (Apla) desde hace 12 años; y Juan Pablo Brey, referente de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) desde hace 12 años. Son dos de los diez gremios más influyentes que hay en la actividad.

Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas: Pablo Biró es el referente de los pilotos desde hace 12 años. Integra la CGT y fue un acérrimo opositor a la política de “cielos abiertos” que impulsó Mauricio Macri durante su gestión. Le surgió un gremio de pilotos a modo de competencia, pero en las líneas “low cost”. Tuvo también un enfrentamiento con Alberto Fernández y ahora es uno de los impulsores del reclamo contra la gestión de Milei. Se opone al desembarco de las líneas low-cost.

Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA): Juan Pablo Brey es su titular y en el ajedrez sindical comulga con el liderazgo de Hugo Moyano. Tiene 3000 afiliados y su mandato finaliza recién en 2027. Es secretario de Deportes de la CGT, lideró la Juventud Sindical y selló una alianza reciente con Biró y Fernández. A diferencia de sus colegas, no se opone al desembarco de las low-cost, pero presiona para que se aplique el convenio colectivo de trabajo como sucede en Aerolíneas Argentinas. Es uno de los sindicalistas que se reunió recientemente con el papa Francisco, justo cuando en el Congreso se debatía la Ley Bases, que incluía la posible privatización de la línea aérea de bandera.