La zona de Recoleta en donde se concentran varias facultades pertenecientes a la Universidad de Buenos Aires (UBA), en el radio de las calles Junín, Marcelo T. De Alvear, Paraguay y la avenida Córdoba, amaneció sin el habitual gentío.
Las puertas de las facultades de Medicina, Sociales, Ciencias Económicas, Farmacia y Bioquímica y el Hospital Escuela José de San Martín están cerradas, en su mayoría por el fuerte acatamiento del paro anunciado la semana pasada por los gremios de personal docente y no docente de las universidades públicas del país.
Un último intento de llegar a un acuerdo salarial congregó el viernes pasado a los sindicatos docentes y no docentes junto a funcionarios del Ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello, quienes ofrecieron un aumento del 3% para agosto y del 2% para septiembre.
Por la insuficiencia de esta propuesta, expresaron las partes, tanto el personal docente como el no docente ratificaron la continuidad del plan de lucha. Este incluye la suspensión del inicio de clases, que estaba previsto para hoy; dos jornadas de “visibilización del conflicto” y de paro.
En la facultad de Medicina, Sergio, personal no docente de la institución, señaló los pasillos vacíos y dijo que la “adhesión era casi total”, lo mismo que el cese de actividades. Esta mañana debía empezar el segundo cuatrimestre, pero el inicio del ciclo se pospuso por el pedido de ambos sectores universitarios de que se llegue a un acuerdo salarial.
“No se sabe nada más. Solo que ofrecen un 3% y un 2%, por eso se paró. Si no se arregla esta semana, porque no hubo contacto, el 20 y 21 va a haber otro paro”, comentó Sergio.
Además, agregó que hay “algún que otro” profesor en las instalaciones, pero que son los investigadores, por lo que no están dando clases.
En las puertas de otra dependencia de Medicina, el Instituto de Anatomía Patológica, sobre la calle Uriburu al 950, un cartel de la agrupación Bordó, de los no docentes, dice: “Sin lucha no hay recomposición salarial”, y llaman a asambleas generales o, advierten, una segunda marcha universitaria.
La primera, el 23 de abril de este año, movilizó a un gran número de personas que pedían que se tratara el presupuesto para educación. De hecho, ayer, Emiliano Cagnacci, secretario general de la Asociación de Docentes de la Universidad de Buenos Aires (Aduba) aseguró en diálogo con LA NACION: “Lo que se viene conversando desde el Frente sindical, en conjunto con la Federación Universitaria Argentina (FUA) y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), es la necesidad de dar visibilización a la problemática del sistema universitario, y la movilización fue efectiva por la potencia, permitió que el conjunto de nuestra sociedad se exprese, y por eso lo vemos posible nuevamente”.
La facultad de Ciencias Sociales está completamente cerrada. No hay personal ni alumnado a la vista, y las puertas no abren. Sobre las fachadas del Hospital Escuela José de San Martin y de la facultad de Ciencias Económicas hay dos carteles verticales, desde el techo al piso, con la leyenda: ”Sin salarios dignos la UBA no funciona”.
Es que tras ocho meses desde que asumió el gobierno de Javier Milei la cruzada por un acuerdo paritario sigue en pie. Al comienzo del mandato, la problemática sobre la asignación del presupuesto para la educación, que entonces se había establecido en el mismo monto que el de 2023, llevó a marchas y paros en diversas ocasiones a lo largo de este año.
Ahora el factor determinante del conflicto es que los aumentos no queden por debajo de la inflación, que según las consultoras privadas se ubicará en torno al 4% este mes, cuando en CABA dio 5,1%, y que se recupere el poder adquisitivo perdido, especialmente durante los primeros meses del año, luego de un IPC de 25,5% en diciembre del año pasado.
Las propuestas actuales del gobierno fueron incrementos del 3% y 2% para agosto y septiembre respectivamente, lo cual no reacondiciona el ingreso atrasado de sectores claves de la educación, alegre aseguran estar un 56% por debajo.