La contracción trimestral del desempleo es una buena noticia pero que, según los especialistas en la materia, se alinea con un empeoramiento de la calidad del empleo. En paralelo, el aumento de los trabajadores que quieren otro trabajo responde a la caída de los ingresos.
El desempleo en el tercer trimestre del año se ubicó en el 6,9%, lo que representó una caída significativa (0,7 puntos) contra el trimestre anterior (7,6%). Sin embargo, alcanzó a más de un millón de personas.
En el caso del desempleo, en comparación con el mismo trimestre del año anterior, tuvo un aumento de 1,2 puntos.
Al segmentar por género, se observa una tasa 1,7 puntos superior entre las mujeres que entre los hombres. En el caso de las primeras, esta ascendió a 7,9%, mientras que entre los varones fue de 6,2%.
La tasa de actividad -que mide la población económicamente activa sobre el total de la población- alcanzó el 48,3%, mientras que la tasa de empleo -que mide la proporción de personas ocupadas con relación a la población total- se ubicó en 45%, 0,2 puntos que en el trimestre anterior, pero 0,5 puntos por debajo del mismo trimestre del año anterior.
Demanda de trabajo
El único segmento que subió contra el segundo trimestre fue el de ocupados demandantes (personas con trabajo que buscan otro): en el tercer trimestre fueron el 17,6% de la población económicamente activa, mientras que en el trimestre inmediato anterior habían sido el 16% y en el tercer trimestre del año pasado fueron el 15,2%.
Dentro del universo de los ocupados demandantes, los subocupados (8,1%) no registraron variación inter trimestral pero si interanual (1,3 puntos), mientras que los otros ocupados demandantes tuvieron un salto entre los trimestres de 1,6 puntos y de 1,1 interanual.
Así, desde el tercer trimestre de 2023 al tercer trimestre de 2024 la presión sobre el mercado de trabajo pasó del 26,8% al 30,2%.
El crecimiento de la presión sobre el mercado de trabajo, según Federico Pastrana, director de CP Consultora, “es coherente con la caída de los salarios y los ingresos de los hogares”.
Esto se debe a que, “al no llegar a fin de mes, lo que se cobra por trabajar no alcanza y se busca tener más ingresos trabajando más horas, pero la demanda de trabajo está debilitada”.
Desempleo en el país
La mayor tasa de desempleo se dio en el aglomerado de Gran Resistencia, donde alcanzó el 10,9%, mientras que el menor registro fue en el de Viedma Patagones (1,2%). Entre las regiones, la mayor fue en el Gran Buenos Aires (7,6%) y la pampeana (7,5%), mientras que la menor tasa se vio en el Noroeste (4,2%).
La mayoría de los desocupados que buscan empleo (el 65,4%) lo hacen desde hace menos de un año, mientras que el 34,2% lleva más de un año buscando trabajo.
Por último, la tasa de desempleo afecta más a los jóvenes, entre los cuales asciende al 14,9%, contra una tasa promedio del 6,9%.
Cambio estructural
“Parte importante de lo que pasa con el desempleo se explica por el empeoramiento de la calidad de las ocupaciones. En la comparación interanual bajó la cantidad de trabajadores registrados y aumentó la de cuentapropistas”, analizó Pastrana.
También, puntualizó en el crecimiento del empleo no registrado, que en el tercer trimestre de 2024 fue del 36,7%, mientras que en el mismo período de 2023 alcanzaba el 35,8%.
“En síntesis, detrás de los cambios en el empleo está la crisis de los ingresos: salarios insuficientes y trabajadores pobres; buscar trabajar más horas y no conseguirlo; y pasar de un empleo registrado a uno precario peor pago. Estas son algunas de las características de lo que está ocurriendo en el mercado de trabajo argentino. Si bien los indicadores muestran una actividad que se recupera, la situación sociolaboral no se logra revertir”, concluyó Pastrana.
Hacia adelante, Matías Maito, director de centro de investigación y estudios sobre el mundo del trabajo (CETYD) analizó que entre octubre y noviembre habrá un crecimiento moderado del empleo y agregó: “Aunque se observan signos de recuperación los últimos indicadores de actividad económica permiten intuir que esa mejora aún no encuentra un sendero de consolidación”.
Según LCG, la tasa de desempleo parecería haber alcanzado un techo en el primer semestre y quedan atrás los peores meses de la recesión.
En materia de ingresos, señalaron que “la moderación de la inflación ayuda a la recomposición de los ingresos, permitiendo que la oferta de empleo se mueva a la baja”.
Hacia adelante, consideraron que los datos de SIPA reflejan que el empleo registrado recuperó los niveles de un año atrás y agregan: “Habrá que monitorear de cerca el efecto neto que sobre la demanda de empleo tenga un crecimiento tan dispar entre sectores, con claros ganadores y perdedores”.
Coincidieron además con Pastrana de que el mercado de trabajo no ajusta ya por cantidades, sino por calidad y precio. “Aun cuando esperamos que el desempleo siga moviéndose a la baja, esperamos registros de informalidad más altos y una muy lenta recuperación de los salarios”.