Petroperú, la empresa estatal peruana de hidrocarburos, enfrenta un panorama financiero y operativo complejo, pero con proyecciones de mejora para el cierre de 2025. Según declaraciones de su presidente, Alejandro Narváez, la compañía registró en 2024 una pérdida neta de 805 millones de dólares, una cifra menor a los 1.030 millones inicialmente previstos al inicio de su gestión. Este resultado, aunque negativo, refleja un avance en la estabilización de las finanzas de la empresa. Narváez destacó que para 2025 se espera alcanzar una utilidad neta de 137 millones de dólares, lo que marcaría un giro angular en el desempeño de la compañía.
De acuerdo con las cifras presentadas, los ingresos de Petroperú en 2025 ascendieron a 3.527 millones de dólares, mientras que la utilidad bruta y la operativa registraron pérdidas de 292 millones y 567 millones de dólares, respectivamente. Además, el EBITDA (beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) fue negativo, con un total de -296 millones de dólares. Sin embargo, la empresa proyecta un EBITDA positivo de 667 millones de dólares para el cierre de 2025, acompañado de ingresos totales estimados en 4.794 millones de dólares y un aumento en su cuota de mercado de combustibles del 25 % al 38 %.
Reestructuración financiera y venta de activos
Narváez informó que la empresa ha recibido una capitalización de 1.616 millones de dólares por parte del Estado peruano, lo que ha permitido aliviar parte de la presión financiera. Asimismo, anunció la venta de 55 inmuebles, entre ellos una propiedad en Punta Sal, con el objetivo de reducir egresos y optimizar recursos. En este contexto, el presidente de Petroperú aseguró que no se solicitarán más recursos al Estado, subrayando el compromiso de la empresa con su autosostenibilidad.
Por otro lado, Narváez lamentó la posibilidad de que la compañía pierda la operación de algunos lotes petroleros, destacando que el negocio de producción es significativamente más rentable que la refinación, con márgenes de ganancia del 45 % frente al 10 % en el segundo caso. Esta situación se agrava por la cancelación de seis plataformas en el Lote Marino Z-69 de Talara, decisión tomada por Osinergmin, el organismo regulador de energía y minería en Perú.
Demoras en la implementación de combustibles Euro 6
Uno de los retos más críticos para Petroperú es la adecuación a los estándares de combustibles de estándar Euro 6, que inicialmente debía cumplirse en octubre de 2025, según lo establecido en el Decreto Supremo N.° 0003-2024-EM.
La empresa reconoció que no estará lista para esa fecha y propuso una prórroga hasta finales de 2026 o inicios de 2027, lo que requerirá una inversión de 50 millones de dólares. Según Alejandro Narváez, ya se han iniciado estudios de ingeniería para este proyecto, y en caso de que el gobierno no acepte la prórroga, la empresa se ajustará a los plazos originales.
La situación del Lote 192 de Petroperú
El presidente de la petrolera reconoció que la empresa de capitales canadienses Altamesa quedará fuera de la operación como socio en el Lote 192, debido a la falta de financiamiento privado, por lo que deberán cumplir con los plazos establecidos por la ley peruana para conseguir otro operador que los acompañe.
En este sentido, el economista criticó a los expresidentes de Petroperú que, tras su salida del directorio, se han dedicado a “despotricar contra la empresa donde antes trabajaron”. Explicó que Altamesa fue una empresa que ganó la pro durante la gestión de Carlos Paredes Lanatta por US$5,6 millones.
Señaló, además, que la puesta en marcha efectiva del Lote 192, junto a otros, como el Lote 64 (también a cargo de la estatal), depende también de la defensa del Oleoducto Norperuano, que solo en reparaciones demandó 128 millones de dólares de sus arcas, pese a que la propiedad es del Estado peruano.
Participación en licitaciones y auditorías en curso
En el ámbito de exploración y producción, Petroperú confirmó su participación en la licitación de Perupetro para operar el Lote I de Talara. Sin embargo, en el caso del Lote VI, la empresa no pudo avanzar con su propuesta conjunta con UNNA debido a problemas legales de esta última, lo que ha llevado a Petroperú a evaluar posibles acciones legales.
Además, la compañía informó que se encuentra avanzando en los estudios de una auditoría forense relacionada con la refinería de Talara, un proyecto clave para la empresa. En cuanto a los estados financieros auditados de 2024, Narváez señaló que están a la espera de la respuesta final de PwC para renovar el contrato de auditoría, vigente durante los últimos ocho años. En caso de no concretarse la renovación, se iniciará un nuevo proceso de búsqueda de auditor.
Narváez aseveró que buscarán plantearle a los accionistas de la compañía (los ministerios de Economía y Finanzas y de Energía y Minas) no buscar un nuevo plan de reestructuración, pues ya existen dos precios con Wood Mackenzie y Arthur D. Little.
Operaciones en la refinería de Talara y alianzas estratégicas
El gerente general de Petroperú, Óscar Vera, confirmó que la unidad de Flexicoking (FCK) de la refinería de Talara se encuentra detenida, aunque aseguró que la planta opera a máxima capacidad en otras áreas. Vera explicó que la detención de la unidad FCK responde a decisiones comerciales y no a desperfectos, aprovechando este periodo para realizar labores de limpieza y mejoras.
Por otro lado, Narváez reveló que la gigante árabe de hidrocarburos Aramco ha mostrado interés en colaborar con Petroperú, al igual que otras empresas como CNPC y Petrotal, lo que podría abrir nuevas oportunidades de negocio para la estatal peruana.
Deuda histórica y desafíos legales
Un tema pendiente para Petroperú es la deuda histórica que el Estado peruano mantiene con la empresa, la cual asciende a aproximadamente 8.000 millones de soles (alrededor de 2.100 millones de dólares). Narváez indicó que los abogados de la compañía están evaluando las acciones legales necesarias para reclamar este monto al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
En medio de un entorno desafiante, Petroperú busca consolidar su recuperación financiera y operativa, mientras enfrenta presiones regulatorias, ajustes en su estructura de costos y la necesidad de cumplir con estándares internacionales. Las proyecciones para 2025 representan un paso hacia la estabilidad, aunque el camino por recorrer sigue siendo largo y complejo.