Muchos movimientos se están produciendo en la plaza local fruto del blanqueo de activos no declarados ante la AFIP. Ya es sabido el impacto en las cotizaciones de la moneda norteamericana en sus diferentes versiones y en el espectacular crecimiento de los depósitos en dólares, del orden de los u$s 350 millones diarios.
Pero, además, los movimientos de divisas hacia el país, desde Estados Unidos o Europa, están generando diferentes efectos los que además permiten deducir la conducta de personas ante el blanqueo.
En primer lugar, el denominado “canje”, lo que cuesta traer o enviar dólares desde o hacia Estados Unidos se mantiene en torno al 2%. Quien ingresa fondos a la Argentina por el mercado recibe cerca de un 2% adicional. Quien los quiere sacar del país debe pagar un porcentaje similar.
Inicialmente se tendería a pensar que, con el blanqueo, ingresarían más dólares al país, pero la realidad muestra una conducta diferente: las cuentas se blanquean pero los dólares quedan fuera de la Argentina. Puede haber muchas razones para explicarlo, pero aún la Argentina no despierta tanta pasión quizás como para cerrar cuentas en Estados Unidos y abrirlas localmente.
Distinto es lo que sucede con los ingresos y egresos de fondos a través de cuevas, sin dejar ningún rastro de movimientos. Aquí lo que sucede es lo inverso al canje anteriormente mencionado. Hay muchos ingresos de dólares al país lo que produce que quien realizan esos movimientos deben pagar entre 3% y 4%. Y la contracara es que quienes desean transferir al exterior dólares, en negro, vía cuevas, reciben un premio de entre 2% y 3%.
Inédito: sacar divisas del país, “fugar” en la terminología kirchnerista, tiene premio ante la cantidad de fondos que están ingresando del otro lado del mostrador. ¿Qué sucede? Hay personas que tienen cuentas en el exterior a nombre de sociedades y que quieren blanquear una parte para diferentes operaciones, como ser compra de inmuebles. Para ello traen los fondos a través de las mencionadas cuevas y blanquean los pesos o los mismos dólares.
Un factor que estuvo en escena en las últimas jornadas y también afectó la operatoria y los porcentajes del canje es el vencimiento del impuesto a los Bienes Personales. Ante el incentivo o zanahoria que puso el equipo económico para anticipar pagos de los próximos cinco años, los contribuyentes debieron recurrir a los ahorros en el exterior o en el colchón para hacer frente al vencimiento. Recuérdese que además el pago anticipado brinda a las personas el bloqueo fiscal, no aumentos de alícuotas, hasta el 2038. Este fenómeno es tan importante en su impacto en la plaza cambiaria, o más, que el blanqueo.
La Argentina es un laboratorio económico constante, El canje, es un termómetro importante de cuanto sucede tanto en la plaza formal como en el mercado en negro. Históricamente siempre se pagó un alto precio por sacar dólares al exterior, ya sea en blanco o en negro, fruto de la tendencia imperante, especialmente en los años del kirchnerismo, del temor a los avances estatales en cualquier orden de la economía.
Hasta se llegó a temer en algunos momentos de avances sobre las cajas de seguridad en bancos. A mayor demanda de canje, dólares en Buenos Aires por dólares en el exterior, más elevado es ese precio. Lo ideal sería que vaya rumbo al cero por ciento con la libre movilidad de capitales y seguridad jurídica. Para ello resta tiempo.
El cepo está vivito y coleando.