Desde su salida polémica de la familia real británica y su mudanza a California, el príncipe Harry y Meghan Markle han enfrentado numerosos obstáculos profesionales, incluyendo una serie de dimisiones dentro de su equipo cercano.
La más reciente renuncia fue la de Josh Kettler, quien ocupaba el puesto de jefe de gabinete de los duques de Sussex. Kettler dejó su cargo a solo tres meses de haber asumido, lo que se suma a una lista de 18 renuncias dentro de su entorno laboral desde 2018. Esta sucesión de despidos ha generado dudas sobre la estabilidad y la dinámica interna de la pareja, que continúa enfrentando dificultades en su vida personal y profesional tras su salida de la realeza.
Aunque el portavoz de los Sussex intentó minimizar el impacto de la renuncia de Kettler, afirmando que estaba “a prueba” y que la decisión fue de mutuo acuerdo, los rumores apuntan a un ambiente de trabajo complicado y a una serie de intrigas internas. El Daily Mail ha informado sobre un posible trasfondo más complejo, señalando que la salida llega en un momento crítico para la pareja, justo antes de su viaje a Colombia.
La llamada de atención más grande es que esta no es una situación aislada. Desde su exilio en Estados Unidos, han sido varios los empleados de alto perfil que han decidido abandonar el equipo de los Sussex. Nombres como Fara Taylor que era responsable de marketing, Ben Browning el cual era jefe de contenido, y Mandana Dayani directora de la Fundación Archewell, dejaron sus puestos después de breves periodos.
NO DURÓ NI DOS AÑOS EN SU CARGO
Toya Holness, quien fue apodada ni más ni menos que “la sombra de Meghan” debido a su cercano papel como secretaria de prensa de Markle, es otro miembro del equipo de los duques de Sussex que no pudo permanecer en su puesto por mucho tiempo. A pesar de haber sido una figura clave en la comunicación de la pareja, su tiempo en el cargo no duró más de dos años.
Este tipo de rotación rápida en el equipo de trabajo de los Sussex resalta la dificultad que parece que a la pareja le cuesta establecer relaciones laborales estables y duraderas desde su salida de la familia real. El constante cambio de personal en sus filas se ha convertido en un tema de conversación, especialmente cuando se trata de su entorno más cercano y aquellos que les ayudan a manejar su imagen pública.
Antes de su mudanza a California, el problema ya existía dentro de la casa real británica. El equipo que trabajaba para los Sussex en Reino Unido también sufrió múltiples renuncias, en medio de rumores sobre las formas en que Meghan trataba a sus trabajadores.

Uno de los motivos principales que se ha mencionado es el nivel de exigencia que Harry y Meghan imponen a sus empleados. Una antigua persona del equipo de los Sussex señaló que muchos de los empleados que han renunciado venían de entornos de alto rendimiento y habían trabajado para jefes exigentes. Sin embargo, incluso estos profesionales no han podido lidiar con las expectativas aparentemente inalcanzables de los duques.
El antiguo empleado afirmó: “Lo más revelador es que, en todo el tiempo que trabajé allí, no creo haber oído a ningún empleado o antiguo empleado de su plantilla decir que volverían a aceptar el trabajo si tuvieran la oportunidad”. Esta declaración marca que, aunque Meghan Markle y el príncipe Harry atraen a personal altamente calificado, el ambiente de trabajo que ofrecen no parece ser lo suficientemente sano como para retener a su equipo.