Presupuesto 2025: las diferencias de números entre el Gobierno y el mercado y la “omisión clave” del proyecto

Las proyecciones planteadas por el Gobierno en el Presupuesto 2025 presentado al Congreso tienen fuertes diferencias con las estimadas por el mercado.

Para el 2025, el presidente Javier Milei espera una inflación del 18,3%, un crecimiento del PBI del 5% y un dólar a $1207 para diciembre.

Del otro lado, en el relevamiento de expectativas del mercado (REM) que publica el Banco Central, las principales consultoras estiman para el 2025 una inflación del 38,3%, una mejora de la actividad de +3,5% del PBI y un dólar a $1517 para diciembre del 2025.

En diálogo con El Cronista, Matías Surt, economista jefe de Invecq, analizó que la diferencia entre las estimaciones del Gobierno y las del mercado tiene que ver con la hipótesis de cómo se resuelven los controles de cambios y la brecha: “El presupuesto está hecho en base a lo que podríamos llamar la hipótesis de convergencia del Gobierno, que supone que los tipos de cambios financieros van a continuar bajando y van a converger de arriba hacia abajo, sin que ocurra un salto devaluatorio del tipo de cambio oficial o comercial. Esa dinámica te lleva a ir bajando la nominalidad de toda la economía con el paso de los meses”.

Si bien consideró que las estimaciones se condicen con un crawling peg que iría bajando de un 2% hasta un 1%, lo cual reduciría toda la nominalidad, también destacó que la baja de la inflación es un desafío, teniendo en cuenta que hace 4 meses no rompe el piso del 4%, y para cerrar en 18,3% en 2025, tiene que bajar a un promedio del 1,4%.

Por otro lado, Surt afirmó que las proyecciones del REM están más alineadas con otro desenlace del esquema cambiario, que es que tiene que haber algún grado de corrección cambiaria, de abajo hacia arriba. Es decir, que el tipo de cambio comercial tiene que ir a cerrar la brecha con los financieros en algún nivel más alto que el de ahora. “Ese salto va a implicar una mayor nominalidad que te deja con inflación más alta”, agregó Surt.

Un adjetivo que usan muchos analistas para describir el Presupuesto 2025 es el de “optimista”. En esa línea opinó Gabriel Caamaño, de la consultora Outlier: “Los supuestos macroeconómicos son bien optimistas y en algunos casos, como la proyección de inflación 2024, ya rozan lo irrealmente optimista”.

Sin embargo, consideró que la clave de todas las variables se regirá por el superávit fiscal. “Lo que apuntan a cumplir es el equilibrio fiscal y el resto se va a acomodar a eso”. En ese sentido, con respecto a los números fiscales, Caamaño consideró que una muy buena cosecha en valor y precios, con Ganancias, seguridad social y combustibles podría compensar la salida del impuesto PAIS.

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Por fuera de todos los datos del presupuesto, Caamaño afirmó que otro punto a mirar es justamente lo que no está: “Las omisiones también son indicativas. Al cepo o la unificación cambiaria no hay mención alguna”.

En cuanto a qué escenario debería darse en materia de cepo para que se cumplan las variables que plantea Milei, Caamaño detalló: “El 2024 se condice con un escenario con cepo. Para hablar de un escenario así en 2025 debería haber una unificación con poca suba de la tasa de interés, y con un ajuste mínimo del tipo de cambio nominal, seguida de flotación bastante sucia, eso con el nivel de reservas actual no parece posible”.

Dudas sobre el dólar

Las proyecciones sobre el dólar despiertan dudas entre los analistas. El economista Iván Carrino afirmó: “Se plantea que el dólar estará en $1207 a fin de 2025. Hoy en día, en el mercado paralelo ya está incluso por encima de eso. Se presupone, entonces, que el ‘blue’ estará quieto por 15 meses, en un contexto de alta inflación… Difícil, como mínimo”.

Para que este escenario se cumpla, Carrino afirmó: “Dada la relación observada entre tipo de cambio real y Riesgo País, la proyección puede parecer difícil, pero no es imposible si durante todo el 2025 el Riesgo País baja de forma sostenida”.

Otra de las incógnitas sobre el dólar se refiere al llamado “dólar blend”, que es el dólar más alto que tienen los exportadores por liquidar una parte en el mercado financiero. En el presupuesto no hay ninguna mención al tema, aunque desde el sector agroexportador aseguran que les prometieron postergarlo.

El impacto macro de esta continuidad no es menor. Para el analista económico Amílcar Collante, si se mantuviera el dólar blend, el saldo comercial no sería de u$s 20.748 millones que plantea el presupuesto, sino que existiría un déficit comercial de u$s 58 millones. Para el REM, el saldo comercial del 2025 será favorable, pero en menor cuantía: se estima en u$s 15.709 millones.

Finalmente, otra de las incógnitas entre el Gobierno y el mercado es en cuanto al crecimiento del PBI. Para Martín Kalos, de Epica Consultores, la clave para que pueda cumplirse tiene que ver con las inversiones: “De acuerdo al Proyecto de Presupuesto 2025, se prevé una mejora sustancial en los niveles de inversión privada en los próximos años; si se cumplieran estas previsiones, la inversión retornaría a sus niveles máximos históricos en relación al PBI”. 

Sin embargo, Kalos destacó que el RIGI es la única política productiva enfatizada y desarrollada por el actual Gobierno, por lo cual es lógica su expectativa de que sea el motor del crecimiento en los próximos años.