“¿Bajó el riesgo país o no bajó? ¿El dólar está convergiendo a los valores de la inflación o no? ¿La moneda fuerte es el peso o el dólar? ¿El superávit sigue o se frenó? El norte lo tenemos claro y como pocas veces en la Argentina lo que decimos y hacemos resiste él archivo”. La frase corresponde al ministro de Economía, Luis Caputo, quien poco antes de embarcarse a Estados Unidos habló con uno de los economistas más prestigiosos del país y disertó en la Bolsa de Comercio de Rosario. Allí hizo público lo que suele repetir en privado. “Todo el mundo quiere ver la inflación llegando a cero y la economía creciendo al 8%. También seamos realistas; no se pueden arreglar 120 años de desmanejos en nueve meses”, indicó.
“¿En serio alguien puede ser tan zonzo de hacerle creer a la gente que la manera de ganar competitividad es devaluando de vuelta?”, se preguntó. En sus próximos pasos aparece la novena y décima revisión del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y, aunque no lo admitió oficialmente, es muy factible que se avance luego con un nuevo programa. Será ahora con Luis Cubeddu y ya no con Rodrigo Valdés, el funcionario del FMI que había sido duramente cuestionado por el presidente. La décima revisión permite pedir fondos adicionales al organismo si se inicia un nuevo programa pero dejarán en claro que, en caso de suceder, será para recomponer el balance del Banco Central.
“No estamos ansiosos con la salida del cepo. Ya lo dije una y mil veces. Estamos ansiosos con que el superávit sea definitivo. Ese es nuestro desvelo”, se enojó Caputo ante su interlocutor. En los próximos días harán oficial el dato de los adherentes al régimen de incentivo para grandes inversiones (RIGI) que, según anticipos del Gobierno, ya exceden los US$50.000 millones y le pondrán un número al blanqueo que todavía guardan con cierto recelo. Los analistas hablan de un monto de US$40.000 millones como sinceramiento potencial.
“El indicador más importante a mirar es la realidad. Los últimos datos de la economía muestran que la economía está dando la vuelta”, se entusiasman en el Ministerio de Economía. Miguel Kiguel, titular de Econviews, agrega: “vemos una recuperación bastante generalizada pero lenta. Es positivo pero no en “v” sino más parecido a la pipa de Nike”. Fue justamente Econviews quien difundió su semáforo de actividad con mayoría de verdes y rápidamente se viralizó con esos datos entre los grupos de WhatsApp libertarios.
Lo que dicen las encuestas
En términos de percepción, sin embargo, hay varias luces amarillas. Este jueves se publicará el relevamiento de pobreza del Indec que resumirá lo sucedido durante el primer semestre. Las estimaciones preliminares lo ubican bastante por encima del 41% del final del mandato de Alberto Fernández porque condensa la caída del primer trimestre que fue muy fuerte y la del segundo en el que la actividad tuvo una muy leve mejora. Es muy factible que ese dato sea utilizado por la oposición y por el propio gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, quien claramente entró en modo 2027 no sólo por la búsqueda de nuevos compositores para los hits musicales del kirchnerismo sino por su histórico enfrentamiento con el modelo de Milei.
Por su parte, la última encuesta que Poliarquía circuló entre sus clientes esta semana refleja que un 46% de los argentinos mencionan que no llegan a fin de mes -tres puntos más que el último relevamiento- y un 49% afirman estar muy afectados por los aumentos de tarifas versus el 37% del indicador del mes anterior. El 22% afirma que su situación económica personal y familiar es mala, casi el doble de cuando asumió Javier Milei como presidente. Si bien la mayoría de la sociedad sigue culpando al gobierno anterior por esta realidad, ya un 29% responsabiliza a los líderes libertarios.
A su vez la falta de trabajo supera por primera vez a la inflación en los desvelos, según resume el estudio de Poliarquía. No es el único que marca estas alarmas. Otra de las principales consultoras acaba de terminar un relevamiento de campo que marca el enojo de los mayores de 60, principalmente votantes de Juntos por el Cambio, entre los que la aceptación se cae por las formas, la pérdida del poder adquisitivo y la pelea por las jubilaciones, principalmente. En tanto, Jorge Giacobbe, titular de la consultora homónima, afirma que desde hace tres meses baja la imagen positiva del gobierno. “No se trata de un desplome, está en 45 la positiva que es mucho pero el impacto es claro. Aparece eso sí, por primera vez la palabra “incertidumbre”, sintetiza.
Vuelos turbulentos
Es justamente esa la sensación que hoy prima en Aerolíneas Argentinas, la empresa que tiene más de 10.500 empleados. “La negociación está trabada y la hipótesis de que la compañía no vuele se maneja como un escenario posible”. Así de terminante fue la frase de uno de los integrantes de la mesa chica del comité de crisis por Aerolíneas. La secretaria general de la presidencia, Karina Milei; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos y su vicejefe Lisandro Catalán; el ministro de Economía; el presidente de Aerolíneas, Fabián Lombardo, el vocero Manuel Adorni y el asesor presidencial Santiago Caputo son los principales referentes de la estrategia a seguir por parte del gobierno.
“Biró -Pablo, titular del sindicato del Personal Aeronáutico (APA)- está trabajando para nosotros. Logró lo que nadie y ahora todos quieren privatizar la compañía”, ironizaron desde el Gobierno. “Iniciamos conversaciones con varias empresas privadas latinoamericanas para que, en caso de continuar las extorsiones que están recibiendo los argentinos, se hagan cargo de la operación de Aerolíneas”, vaticinó el vocero presidencial. Ya se reunieron con Gol y Flybondi. Mañana con Jetsmart y en la lista de próximas fotos aparecen Azul, Arajet y Avianca.
Aerolíneas Argentinas vuela sola a 15 destinos de la Argentina con lo cual una hipótesis de conflicto prolongado ya preocupa por lo bajo también a gobernadores. La Rioja, Catamarca y San Luis, por ejemplo, quedarían totalmente desconectadas. Las regulaciones del sector tampoco permiten que un piloto de otra compañía vuele los aviones de la compañía de bandera y los seguros son también un impedimento en el mundo real a la batalla discursiva. En Aerolíneas se vive por estos días la calma que antecede el temporal. El flujo de mails se frenó y lo mismo sucede con la actividad. Las reservas cayeron cerca de un 45%, según revelan las agencias, y las proyecciones para la temporada alta se corrigen a diario a la baja. Las pérdidas por el conflicto superaron los US$ 3 millones.
Mientras eso ocurre, hay un escenario que se trabaja con mucho recelo y se investiga contrarreloj en el Gobierno: el nacimiento de ITA Airways, acrónimo de Italia Transporto Aéreo, la nueva aerolínea de bandera de Italia que comenzó su historia después del cierre de Alitalia en noviembre de 2021. Los 75 años de historia no fueron suficientes para hacer frente a las pérdidas que presentó Alitalia desde 2008. Durante dos décadas, la aerolínea no obtuvo ganancias anuales y funcionó luchando contra la competencia de las compañías de bajo costo y enfrentando altísimos niveles de conflictividad. Al punto que en la semana de su cierre fueron cancelados 100 vuelos por huelgas y pese a ello el Estado italiano apostó entonces por barajar y dar de nuevo con una nueva firma estatal en la que invirtió 1350 millones de euros y que gestó sus inicios en la base de derechos, aviones y hasta un tercio de los empleados de la firma cerrada. El análisis de ese caso está hoy también en los pasillos de las oficinas más influyentes del gobierno.
La unión…¿hace la fuerza?
Los sindicatos, en tanto, siguen de cerca lo que suponen un embate con aroma a 2001. Aunque tienen claro que el interlocutor es muy distinto a los tiempos de Fernando De La Rúa y a la sociedad argentina que, según los últimos sondeos, pensaba muy distinto respecto de cuál debía ser el futuro de la línea de bandera. Por entonces el “todos somos Aerolíneas” se hizo fuerte y el rechazo a la privatización era muy alto. Hoy los tiempos cambiaron, según lo marcan los sondeos que conocen tanto ejecutivos como sindicatos. El flamante lanzamiento de la mesa nacional del Transporte liderada por Pablo Moyano y Omar Pérez (Camioneros), Mario Caligari (UTA), Omar Maturano (La Fraternidad), Juan Carlos Schmid (Fempinra), Raúl Durdos (SOMU), Pablo Biró (APLA), además del secretario general de los aeronavegantes, Juan Pablo Brey busca establecer un “plan de lucha general en rutas, trenes, cielos, mares y ríos”. “La foto es de pura casta. Cuanto mas se unan más alejan al ciudadano de a pie”, se entusiasmaron en el Gobierno. Aunque no hay que subestimar que esa mesa nuclea a los delegados de “todas las superficies”. La unión no es casual.
En los próximos días se anunciará la reglamentación de la reforma laboral incluida en la ley bases y se avanzará en un nuevo anuncio del ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, que preocupa principalmente a la familia Moyano. Es que después de la “revolución de los aviones” en el gobierno anticipan lo que denominan la “revolución de los camiones”. Luego llegará la de “los mares y ríos”. Se trata de nuevos avances en la desregulación del transporte de cargas que se incorporan al decreto 83224 firmado por el presidente Javier Milei. Eso implica la virtual eliminación del Registro Único del Transporte Automotor (RUTA) en formato digital o físico y el incremento del peso permitido para transporte. “El RUTA era obligatorio para todo transporte con más de 700 kilos de carga, con lo cual un productor no podía mover su propia carga en un vehículo propio sin someterse a esta burocracia estatal” precisó Sturzenegger en X. Al elevarlo a 3500 kilos se libera a la industria de fletes y cargas livianas. La Licencia Nacional Transporte Interjurisdiccional (LiNTI), conocida como el “registro Moyano”, en referencia a Hugo Moyano, como responsable del permiso para usar un vehículo de carga en la Argentina también está en la mira y tiene tiempo de descuento. El nuevo contexto también dejó afuera al camionero de una de sus últimas batallas cuando la Justicia rechazó considerar nulo el acuerdo que selló Mercado Libre con la Unión Carga y Descarga. Fue la jueza María Alejandra D´Agnillo quien le cerró la puerta a los camiones del sindicalista eterno al mundo del unicornio argentino del comercio electrónico que es sinónimo de la nueva economía.