La mayor parte de las veces, comprar un auto es una buena noticia, pero en algunos pocos puede convertirse en un dolor de cabeza. Cuando se adquiere un vehículo con garantía que presenta algún problema o desperfecto técnico, y el fabricante o concesionario no puede solucionarlo, la denominada “Ley Limón” de California prevé mecanismos para defender al consumidor en estos casos.
La “Ley Limón” de California, formalmente conocida como la “Ley de Protección al Consumidor de Tanner”, es una legislación que protege a los compradores de vehículos nuevos y usados que presentan defectos significativos cubiertos por la garantía del fabricante. Esta normativa otorga a los consumidores el derecho a obtener un reemplazo o reembolso por parte del fabricante o concesionario.
Los detalles y características de la “Ley Limón”
La regulación se aplica a cualquier vehículo comprado o alquilado en California, siempre que esté cubierto por la garantía del fabricante. Esto incluye automóviles, camiones, camionetas y SUVs, y en algunos casos, motocicletas y casas rodantes. También puede cubrir vehículos usados si aún están bajo la garantía de fábrica, según Lemon Law Experts.
El objetivo de la ley es proteger a los consumidores cuando adquieren un vehículo defectuoso, comúnmente conocido como “limón” en EE.UU.. Para que se aplique esta normativa, el defecto debe afectar significativamente el uso, el valor o la seguridad del vehículo.
Además, el consumidor debe haber permitido que el concesionario o fabricante intente reparar el vehículo en múltiples ocasiones sin éxito. Según la guía del Departamento de Asuntos del Consumidor de California (DCA, por sus siglas en inglés), en concreto debe haber habido al menos cuatro intentos; o bien, dos intentos si los problemas del vehículo pudieran causar la muerte o una lesión física grave si se maneja. La ley también se aplica si el rodado ha estado en el taller mecánico durante más de 30 días a la espera de su reparación.
Qué pasa si el fabricante o concesionario no puede reparar el vehículo
La ley establece que en el caso de que el fabricante o concesionario no pueda reparar el problema cubierto por la garantía tras esta cantidad de intentos, debe reemplazar el vehículo o reembolsar el valor que se pagó por él –lo que el cliente prefiera–. Tal como definió la DCA, no es necesario acudir a un tribunal de justicia para obtener este beneficio, en la mayoría de los casos el fabricante o concesionario le ofrece al cliente un Programa de Arbitraje Certificado por el estado para resolver la disputa.
Qué es el Programa de Arbitraje Certificado
El Programa de Certificación de Arbitraje (ACP, por sus siglas en inglés) es una opción que utilizan los fabricantes o concesionarios para evitar que la disputa recaiga en los tribunales. Esta herramienta estatal, según la DCA, sirve de intermediaria y el consumidor puede aceptarla o rechazarla. Sin embargo, Consumer Action explicó que en caso de que el arbitraje no sea favorable, el consumidor aún puede llevar el caso a los tribunales. La mayoría de los casos de la Ley Limón en California se resuelven a su favor, por lo que muchos fabricantes prefieren resolver el asunto rápidamente antes de llegar a juicio.