Para muchas personas, escuchar siempre las mismas canciones es una elección que les brinda seguridad en medio de un mundo de constantes cambios. Aunque la música es una expresión artística con infinitas variaciones, algunas personas encuentran paz y estabilidad en aquellos sonidos que ya conocen. Esta tendencia se relaciona con el deseo de tener algo seguro y predecible, en un ambiente donde las sorpresas no suelen ser bienvenidas.
Escuchar las mismas canciones, una y otra vez, puede estar relacionado con el deseo de profundizar en la experiencia. Aquellos que buscan procesar a fondo las emociones y las historias detrás de una melodía suelen volver una y otra vez a las mismas piezas. Así, la música deja de ser solo entretenimiento y se convierte en una forma de exploración emocional, donde cada nota y cada palabra tienen un significado especial y profundo.
Según el informe anual 2022 del Center of Music in The Brain, la música tiene el poder de activar el “sistema de recompensa cerebral”. Esto significa que, para algunos, escuchar su música favorita genera una fuerte respuesta emocional, incluso llegando a producirles escalofríos, lo cual ocurre gracias a la liberación de dopamina, la “droga natural” del cerebro, que regula las sensaciones de placer. Y esa dopamina es la que genera la dependencia que hace que se le dé play a un mismo tema, una y otra vez.
La atracción de lo familiar
El efecto de familiaridad, en tanto, juega otro rol clave en la preferencia por repetir canciones. La psicología demostró que el cerebro responde de manera positiva a estímulos familiares, ya que estos activan áreas asociadas con el bienestar y la comodidad. Al escuchar canciones conocidas, se refuerza una sensación de satisfacción, lo cual resulta en una experiencia gratificante para quienes buscan estabilidad emocional.
Rasgos de la personalidad
La tendencia a repetir música se relaciona también con ciertos rasgos de personalidad. Las personas introvertidas encuentran en la música conocida un espacio de confort y tranquilidad, permitiéndoles desconectarse del entorno y recargar energías. La música, en este sentido, se convierte en un refugio personal, ideal para momentos de reflexión y descanso.
Además, la música ofrece una forma de escapismo, especialmente para quienes buscan desconectarse de la realidad. Escuchar canciones conocidas brinda un sentido de control sobre este escape, proporcionando una burbuja segura donde pueden relajarse sin sorpresas ni sobresaltos.
Por otro lado, según Peter Vuust, profesor de la Royal Academy of Music en Aarhus, Dinamarca, otra de las cosas que sucede en el cerebro cuando se escucha una canción de manera repetida es que el contenido se desplaza hacia el otro extremo del espectro, y la persona deja de captar nueva información. Los sistemas biológicos muestran sensibilidad a este fenómeno. Por ello, es posible que el rango de percepción de una persona sea mayor que el de sus amigos o colegas, lo que implica que podría tardar más en notar que ya no está aprendiendo algo nuevo.
La obsesión con los detalles
Otra razón para escuchar las mismas canciones una y otra vez es la búsqueda de detalles ocultos. Aquellos que tienden a ser detallistas encuentran satisfacción en descubrir cada elemento que compone una canción. Para estas personas, una melodía no es solo una experiencia sensorial, sino un enigma que merece ser resuelto, nota por nota.
Resistencia al cambio
Además, este hábito puede reflejar una cierta resistencia al cambio. Escuchar nuevas canciones implica abrirse a lo desconocido, y para algunas personas esto representa un desafío. La psicología sugiere que la comodidad de las canciones familiares reduce la necesidad de adaptación, lo que resulta en una barrera contra la incertidumbre del mundo exterior.