Al lado de todo gran hombre, dicen, hay una gran mujer. Y ese también parecería ser el caso de Franco Colapinto quien a su corta edad y a pesar de lo difícil que pueda ser dio que hablar en los últimos días por llevar a nuestro país a competir en Fórmula 1 luego de 23 años.
Y tras debutar el pasado domingo 1 de eptiembre en la carrera que se llevó adelante en Italia donde obtuvo el puesto 12 en la importante categoría de automovilismo se supo cuál fue el largo camino que el piloto debió llevar adelante para llegar hasta allí.
Pero así como no fue nada fácil, también contó con importante ayuda de personas que lo acompañaron y apoyaron para que pueda cumplir su gran sueño, sobre todo María Catarineu, quien tuvo un importante rol junto a su pareja y socio Jamie Campbell-Walter.
Tal es así que para llegar a que se incorpore Franco a la escudería Williams hay una historia detrás que tiene a esos dos nombres como pilares fundamentales: la española es mánager y cara visible de Bullet Sports Management (empresa de gestión comercial que apoya a Colapinto) y esposo, expiloto escocés y campeón británico de Gran Turismo, trabajan con el argentino desde hace un buen tiempo.
FRANCO COLAPINTO TIENE AGUANTE
Y fue la propia María quien dio una entrevista recientemente donde contó: “Con 18 años comencé a trabajar en la Bolsa de Nueva York unos diez años y como no tenía tiempo para tener hijos quise tener un trabajo más relajado. Creé una empresa de cosméticos, trabajé con el Real Madrid y el tema de experiencias para el mercado asiático”.
A los 28 decidió focalizarse en ser madre y decidió volver a trabajar en un proyecto de su padre con jabones que sirvieron para la creación del Jabón Castilla, por lo que rearmó el negocio industrial y le permitió introducirse en el mundo del deporte. “Los clientes, que eran japoneses en su mayoría, me decían: ‘Los jabones son muy bonitos, pero yo quiero el Real Madrid’”, remarcó Catarineu.
“Entonces monté una empresa llamada Real Experience que lo que hacía era acercar a clientes asiáticos a una vivencia más allá de un partido de fútbol. Traíamos familias y grupos enteros a conocer Madrid; hacer temas culturales, actividades para niños, o culinarios porque la gastronomía española es muy conocida en Japón”, siguió.
Así María agregó: “Pero cambié ese trabajo porque me llegó la oferta de Drivex (equipo de competición) y me sedujo un montón. Quise dar un paso más y me sumé en 2015. En principio me encargaba de temas financieros, terminé cautivada por las carreras. Me di cuenta de que había encontrado mi lugar. Amo los deportes y me dedico a asegurarme de que los pilotos se sientan bien”.
¿Cómo llega a Franco? Colapinto llegó a ser campeón de la Fórmula 4 Española en 2019 y empezó a resaltar en Europa. “Es distinto, desde el primer momento me pareció un chico especial. Mi jefe mencionó que iba a llegar un joven para competir en Navarra, aunque no tenía experiencia en autos. Propuse que hiciera unas pruebas antes de la carrera, pero su padre insistió en que corriera“, recordó María.
Y remató: “En mi primera charla con Aníbal, el papá de Franco, traté de convencerlo de que invirtiera en días de prueba, pero no hubo caso. Sin embargo, vi a ese chico sencillo, tomando notas en su cuaderno, y luego en la carrera dejó a todos atrás. Su actitud, su esfuerzo y el resultado fueron un punto de inflexión. Le dije a Jamie: ‘A este pibe hay que apoyarlo’. Él contestó: ‘Está bien, pero dejá tu trabajo y vení con nosotros’. Renuncié a Drivex, y el resto es historia”.
