Si bien en la televisión, la radio, los diarios y los medios digitales se ha hecho un leit motiv aquello de “no se habla de los cuerpos ajenos”, la máxima parece valer para algunas circunstancias pero no alcanzar a otras: por ejemplo, los hombres y el tamaño de su miembro, que sigue siendo motivo de interés y comentario de esos mismos ámbitos periodísticos.
A propósito de una vieja foto de Guillermo Cóppola cuando era pareja de Amalia Yuyito González, actual novia del presidente Javier Milei, Baby Etchecopar hizo un comentario acerca de la fisonomía del empresario. En la imagen, tomada en una playa, se ve al histórico manager de Diego Armando Maradona, uno de los tipos más mujeriegos de la historia moderna, cubierto apenas por una diminuta sunga negra.
Al analizar esa captura Baby intentó ser irónico. “Pero por favor, Guillermo, mirá que te teníamos como a un referente, viejo. Dale… Yo no sé si estaba fresco, o si ese día el agua estaba fría, o qué era lo que pasaba, pero ahí no quedás bien parado eh, ahí no salís favorecido” quiso bromear, pero el comentario no le hizo ninguna gracia a Cóppola.
“No entiendo qué le pasó a Baby, siendo un amigo como lo es. Yo lo quiero mucho, y entiendo que el cariño es mutuó” le contestó Cóppola desde Intrusos. Allí se tomó la situación sin dramatizar. Según Marcela Tauro, compañera de Cóppola en el programa radial que conduce Santiago del Moro, “en la radio dijiste otra cosa. Incluso nos hiciste escuchar el mensaje que le mandaste a Baby. Estabas re caliente”, lo mandó al frente.
REVELAN LA LISTA DE LOS HOMBRES “MAS DOTADOS” DE LA FARANDULA
El tema siguió una vez que Cóppola salió en escena, pero ya en otra versión: Florencia de la Ve lideró un debate donde se tiraron a la mesa los nombres de los hombres más dotados de la farándula argentina. El primero que surgió fue el del periodista Luis Majul, aunque alguien tiró que “me parece que el se autoincluyó en esa lista eh”.
Después dijeron “Darío Grandinetti, es histórico, desde siempre se dijo eso”. Otro nombre que apareció fue el de “Manguera Valenzuela, que se ve que por eso tenía ese apodo”. Además, se nombró a Luciano Castro, y como justificativo de su aparición en ese lugar se dijo “y bueno, un poco se la vimos todos”.