Serbia recurre al servicio secreto ruso para negar que usó arma sónica en manifestación

Zagreb, 16 abr (EFE).- El presidente serbio, el nacionalista Aleksandar Vucicm ha presentado este miércoles un informe del FSB, el principal servicio de seguridad de Rusia, como prueba de que no se usó un canón sónico, un arma prohibida en Serbia, contra una manifestación antigurbenamental en Belgrado el pasado 15 de marzo.

Vucic indicó que el FSB, al que las autoridades serbias encargaron esa investigación, ha concluido de forma “categórica” que las armas sónicas de las que dispone la Policía serbia no fueron utilizadas durante la protesta.

Tras las primeras acusaciones sobre el uso de ese arma, el Gobierno negó disponer de ella, pero luego sí admitió tenerla entre sus equipos.

Vucic, que mantiene muy buenas relaciones con Rusia, urgió a los órganos de la Justicia y la Policía a que proceses “a todos que hayan engañado al público sobre el uso del cañón sónico” dentro de lo que calificó de “guerra informativo-psicológica contra Serbia”.

El presidente serbio dijo que el informe ha sido firmado por el director del FSB, Aleksander Bórtnikov, al que calificó como uno de los colaboradores más cercanos del presidente ruso, Vladímir Putin.

Serbia, candidata a entrar en la Unión Europea, es uno de los pocos países europeos que no ha introducido sanciones contra Rusia por su agresión contra Ucrania.

Vucic ha anunciado que participará el 9 de mayo en Moscú en la conmemoración de la victoria de la Unión Soviética sobre el nazismo en la Segunda Guerra Mundial, pese a la petición de la UE de que no acuda.

La Comisión Europea (CE) ha pedido una investigación sobre las acusaciones del rectorado de la Universidad de Belgrado, la oposición política y grupos estudiantiles sobre el uso del cañón sónico.

Una ONG serbia presentó a la ONU 600.000 firmas y testimonios de unas 2.000 personas que denunciaron un extraño y fuerte sonido en la protesta que causó pánico y diversos problemas de salud posteriores, para pedir una investigación transparente.EFE