Cuatro días antes de su cumpleaños, el domingo 21 de agosto del 2022, Anthony Camizán salió de su casa en Canchaque (Piura) con destino a Piura. Vestía zapatillas, pantalones cortos y un polo. En su mochila no llevaba más que lo que necesitaba para sus clases. Esa fue la última vez que su madre lo vio con vida.
Aquella tarde, su madre, Yolanda Guerrero, volvió a casa luego de asistir al funeral de uno de sus familiares cerca a Canchaque; donde vivía junto a su esposo, Leoncio Camizán, y tres de sus cuatro hijos: Martín, Anthony y Allan. “¿Dónde está Anthony?”, preguntó. “Ha salido, se fue a Maray Pampa”. Tocaba esperar su regreso.
En ese momento, la señora Guerrero no se preocupó. Sabía que Anthony había ido a ese pueblo a una hora y media de Canchaque, pues apoyaba a la campaña política de un candidato a la alcaldía. Su hijo no tardó en volver y lo recibió en casa con un abrazo y un beso. Luego de una corta conversación en la que hablaron sobre quién ganaría las elecciones, Anthony entró a su habitación y unos minutos después, llamó a su mamá.
“Mami, préstame S/ 150. Me voy a Piura”, dijo Anthony, quien a sus 23 años era estudiante de ingeniería en la Universidad de Piura. “¿Por qué no te vas en la madrugada?”, respondió ella. Él le explicó que su idea era irse esa tarde para estar en Piura el lunes y volver ese mismo día a casa, porque la ruta es relativamente corta.
Luego de una breve negociación, ambos acordaron que el préstamo sería solo de S/ 100. Cerca de las 4 p.m, Anthony abrazó a su madre y se despidió de sus hermanos. No tenía ropa en su mochila. “Yo mañana regreso mami, el lunes estoy aquí” dijo al salir.
Dos horas después y luego de dos intentos, Yolanda logró comunicarse con su hijo: “Mamita, ya me estoy yendo”. La mamá de Anthony le dijo que al llegar vaya a dormir a la casa de Junior, el mayor de sus hermanos. “Ya mamita. No te preocupes”. “Ya hijo, que te vaya bien”.
El teléfono nunca más volvió a sonar. Anthony no volvió a contestar.
¿Dónde está Anthony Camizán?
Desde el principio, la familia Camizán intentó usar la lógica para explicar la desaparición de Anthony en lugar de ser fatalistas. Tanto sus padres como sus hermanos creyeron que no respondía las llamadas porque estaba celebrando su cumpleaños con amigos.
“Nunca pensamos que se había ido”, dijo a Infobae Perú, Martín Camizán. “Siempre le avisaba a mi mamá cuando llegaba. Nos pareció raro que se vaya el domingo y el lunes no tener noticias de él”. Para la mañana del 22 de agosto, cada uno de los miembros de la familia Camizán ya estaban intentando ubicar al Anthony.
Aunque no quería salir de casa por si su hijo regresaba, Yolanda debía trabajar como profesora en una escuela. Siguió llamando al celular de Anthony varias veces, pero no había respuesta. Necesitaba más ayuda. El mayor de sus hijos, Junior, fue la primera opción. No solo vivía en Catacaos, a 30 minutos del centro de Piura, sino que su hijo perdido debía llegar a su casa aquella mañana.
“Hijo, ¿te ha llamado tu hermano?”. “No, mamá, ¿por qué?”. Yolanda le contó todo lo que sabía a su hijo, que intentó darle una respuesta para tranquilizarla: “Ya está cerca su cumpleaños, debe estar con sus amigos”. Pero ella conoce a su hijo y él no es así. Este comportamiento no es propio de Anthony porque siempre contestaba sus llamadas e incluso enviaba fotos cada vez que llegaba con bien a un lugar.
En ese momento, la idea de la desaparición cobraba fuerza en la familia. “Cuando Anthony llegaba a Piura, me llamaba y me decía que quería comer ceviche con mi familia”, dijo Junior Camizán a Infobae Perú. Su teléfono seguía sin sonar para la tarde del lunes.
Las primeras sospechas
Leoncio, padre de Anthony, llegó el lunes 22 a su casa. Había recibido una llamada de su hijo el domingo 21 en la tarde, pero no pudo contestarla porque su celular se había quedado sin batería y no tenía un cargador. “Cuando llegué, Anthony ya no estaba. Su mamá me dijo que había viajado a Piura, que lo estaba llamando, pero ya no le contestaba”, indicó a este medio.
Esa fue la primera vez que Yolanda Guerrero lloró.
“El día 22 vine a Piura y pregunté acá y no había llegado. Pregunté dónde está y nadie me daba razón. Anthony seguía sin contestar”, afirmó el señor Camizán.
Mientras tanto, Junior, que seguía buscando a su hermano en Piura, tuvo la idea de preguntar a sus amigos de la universidad. Una de ellas le dijo que había quedado en verse con Anthony esa tarde, pero no llegó. Fue en ese momento, cerca de las 2 p.m. del lunes 22 de agosto del 2022, que tuvo la idea de presentar una denuncia por desaparición ante la Policía en la comisaría de Catacaos.
Para el miércoles 24, el día antes de su cumpleaños, toda la familia Camizán Guerrero estaba movilizada para buscar a Anthony. Algo había pasado y era evidente que su ausencia no era motivada por una celebración. Familiares, amigos, estudiantes de la universidad, profesores, incluso el alcalde de Canchaque y rondas campesinas emprendieron la misión de encontrar al hijo perdido de Yolanda y Leoncio.
En el camino, sin querer, los Camizán descubrieron un secreto que Anthony, a quien recuerdan como un muchacho reservado, solo le había contado a su mejor amiga. “No está, no responde, me dijo su mamá. Nos preocupamos y lo buscamos. Fue ahí que nos enteramos de que se había ido con un policía”, comentó Leoncio.
Anthony y un suboficial de tercera de la comisaría de su ciudad eran pareja, pero mantenían su relación en secreto.
Sospechoso número uno
Edixon Rone Córdova Godos era un desconocido para los Camizán Guerrero hasta que dieron con su nombre luego de la desaparición de Anthony. El secreto de la pareja solo era conocido por Yamilet Porras, la mejor amiga del desaparecido, quien le había prometido no decir nada.
Allan Camizán, que en ese entonces tenía 18 años, preguntó a Porras por su hermano perdido. Minutos después, al menos 18 capturas de pantalla llegan a su celular. En ellas se puede leer cómo el suboficial de tercera de la PNP abusaba física y psicológicamente de él, le pedía perdón, sugería ir a terapia de pareja y luego “irse lejos”.
“Quiere dominarme”, “quiero terminar esto, pero él se ensaña que no, que nos vayamos lejos”, “Ya di por terminada la relación”, “me ahorcó”, “me quitó el teléfono”, “me voy a volver cadáver”, “lo bloqueé y me ha escrito de otro número”, “tengo una pequeña luxación en mi cuello”, “me quiso estrangular”, “esta vez casi me mata”, son algunas de las frases que Anthony le confió a Porras y que podían explicar su desaparición.
Los hermanos de Anthony recuerdan haberlo visto con marcas en el cuello y golpes en el cuerpo en algún momento, pero la respuesta que él les daba era casi siempre la misma: “Me caí” o “me golpeé con un palo”. Rone nunca fue la respuesta, al menos no en ese entonces.
“En dos ocasiones noté que vino a casa con signos de violencia en el cuello. Arañazos. También entré a su cuarto un día y vi prendas suyas que estaban rotas, como si lo hubieran revolcado en tierra (…) Le pregunté y me dijo que se cayó de una moto. Cada vez que le hacíamos una pregunta, ya tenía una respuesta como preparada”, recuerda Martín.
Cerca de una semana luego de su desaparición, la noticia sobre la relación entre Rone y Anthony surgió de las sombras como una pista que podría llevar a la familia a la verdad sobre lo ocurrido. El suboficial, que en ese entonces seguía trabajando en la comisaría de Canchaque, recibió la visita de los hermanos Camizán, pero lo negó todo y solo aceptó su relación con el estudiante de 23 años cuando Allan, Martín, y Alberto Guerrero, medio hermano de los Camizán, lo confrontaron con las capturas de pantalla como prueba.
“Yo he tenido una relación con él, pero ya terminó porque tu hermano era un chibolo inmaduro”, habría sido la respuesta que Rone dio a los hermanos. El paradero de Anthony era desconocido, pero para la familia el suboficial Córdova era un posible sospechoso.
Los primeros meses fueron duros. La familia Camizán Guerrero seguía buscando a Anthony sin éxito y aunque lograron que Rone Córdova declare ante la Policía Nacional, en ese momento él volvió a negar la naturaleza de su relación con Anthony.
“(…) tengo amistad con el de amigos, tenía comunicación con el mediante mensajes y como amigos y derrepente habrá confundido las cosas, pero yo no he tenido ninguna relación con él, él sabia que yo tenía mi enamorada (…)”, se puede leer en el documento redactado en octubre del año 2022 al que tuvo acceso Infobae Perú.
Confrontación y protección
Ya casi en el tercer mes de desaparición, los vecinos de Canchaque decidieron confrontar al suboficial Córdova para que les diga qué pasó con Anthony. Una protesta pacífica se llevó a cabo a las afueras de la comisaría de la ciudad, pero según Martín, “una cosa llevó a la otra y el comisario llamó a refuerzos. Se escucharon disparos al aire a las afueras de la comisaría”.
No hubo heridos, pero sí se obtuvo nueva información: Rone Córdova ya no trabajaba ahí, había sido trasladado a la comisaría -este movimiento ya se hizo al menos dos veces en dos años- bajo el argumento de que se buscaba salvaguardar la integridad del agente PNP.
“El día que se hizo el plantón frente a la comisaría, sacaron a Rone de ahí porque quizás nosotros podríamos tomar una acción radical”, afirma Alberto Guerrero a Infobae Perú.
Los vecinos buscaron a al suboficial Córdova en el cuarto que alquilaba en la ciudad, pero no encontraron al agente y tampoco su motocicleta, la misma que fue utilizada por él para trasladar a Anthony por el centro poblado Serrán, cerca al paradero de Salitral, alrededor de las 5:48 p.m. del 21 de agosto del 2022, minutos luego de haber salido de su casa por última vez. Esto se pudo conocer, pues la familia Camizán Guerrero empezó a buscar todas las cámaras de seguridad de la zona para dar con la última imagen de su hijo.
Varios meses después, la Policía logró ingresar a uno de los cuartos alquilados de Córdova y encontraron ropa de Anthony en el lugar, pero no había señales del desaparecido.
Actualmente, más de dos años luego de lo ocurrido, el suboficial Rone Córdova sigue en actividad en Piura, pese a que existe una denuncia en su contra por la desaparición de Anthony Camizán y, en días recientes, el Poder Judicial rechazó un pedido de prisión preventiva en su contra.
Junior, quien presentó la denuncia, indicó a Infobae Perú que Inspectoría de la Policía Nacional del Perú no ha sancionado al agente PNP hasta el momento.
Se busca un cuerpo
La resignación de Yolanda Guerrero habla por sí sola. La familia ya no espera encontrar con vida a Anthony Camizán y en eso coinciden las seis personas entrevistadas para esta nota. “Ya no, joven. A estas alturas ya no. Hay pruebas suficientes …”.
La señora no termina la frase. Le falta el aire. Le falta un hijo.
Mientras tanto, los días de Leoncio Camizán, un hombre de la tercera edad, se reducen ahora a buscar a su hijo de alguna forma hasta que las fuerzas abandonan su cuerpo y es hora de dormir para hacer lo mismo al día siguiente.
Anthony Camizán no vuelve a casa hace dos años y los Camizán Guerrero buscan su cuerpo para sepultar sus restos con dignidad y decirle “descansa en paz”. Quizás así ellos también lo puedan hacer.