Horas antes del cruce entre San Lorenzo y Tigre en Bajo Flores por la última fecha de la Liga Profesional, el presidente del Ciclón, Marcelo Moretti, iba a realizar una asamblea en el Polideportivo Lorena Mariel Alloni para mostrar un balance del club. Sin embargo, alrededor de 200 socios irrumpieron en el evento e hicieron que se suspenda.
En clara alusión a los dirigentes, los hinchas cantaron “que se vayan todos”. Además, reclamaron por la salida de los juveniles Agustín Hausch y Santiago Sosa, quienes fueron vendidos a Defensa y Justicia para cubrir las deudas y salarios atrasados: “Los pibes no se venden”.
La Comisión directiva buscaba aprobar la gestión 2023-2024 -a un año de la asunción de Moretti como presidente- pero el ingreso de hinchas con cantos provocó que no pudiera continuar. El enojo de los socios se debe a la delicada situación económica del club y al accionar de la dirigencia ante el mal presente.
“Es un hecho de violencia de la oposición, claramente. No corre riesgo el partido [ante Tigre] para nada”, afirmó Moretti a Tyc Sports. Previamente se había referido a la gestión económica y sostuvo: ““Tuvimos que hacer aportes dirigenciales para ponernos al día y estar conformes a la legislación”.
Además, continuó: “San Lorenzo está en una situación casi terminal, hemos puesto dinero muchos dirigentes. Vamos a hacer un presupuesto más austero. Le pido perdón al hincha por este presente deportivo. Vinimos a sanear el club y hacer el estadio en Boedo”.
El Ciclón está atravesando un momento complicado no solo en lo futbolístico, con resultados desfavorables y poca competencia, sino también económica. Días atrás, el entrenador Miguel Ángel Russo había advertido que renunciaría a su cargo si el club no le pagaba a los jugadores la deuda pendiente.
Para intentar solventar cuentas, San Lorenzo vendió a dos juveniles al club de Florencio Varela por un total de un millón y medio de dólares. Es el caso de Agustín Hausch y Santiago Sosa, quienes abandonaron la institución para que el conjunto azulgrana pueda ponerse “al día” con los pagos en el plantel, luego de que los jugadores se plantaran ante la dirigencia.
Lo cierto es que la relación entre el plantel y el presidente está prácticamente rota. Una semana atrás, Francisco Fydriszewski se ausentó del entrenamiento del martes por la mañana y, más tarde, otros futbolistas se sumaron a la medida de protesta en reclamo del pago de los sueldos adeudados y los premios –entre ellos, el monto por la clasificación para la Copa Libertadores de 2024–, dinero que los jugadores debieron cobrar en enero. En ese contexto, la mayoría de ellos estaría en condiciones de considerarse libre, con respaldo de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA).
Otro agravante para Moretti es que está situación unió a los opositores, quienes perdieron en la elección del año pasado. En un comunicado firmado por Marcelo Culotta, César Francis, Sergio Costantino, Agustina Nordenström y Cristian Evangelista expresaron: ““San Lorenzo enfrenta una grave crisis marcada por la falta de conducción, liderazgo, transparencia y respeto tanto al socio como al estatuto. Esta situación nos ha arrastrado a un presente desastroso y peligroso en los aspectos económico, financiero, institucional y deportivo. Nuestro club está al borde de la quiebra, la desaparición o incluso la privatización”.