No hay con qué darles. Los Springboks lo hicieron de nuevo. Sin jugar demasiado bien, aun con deficiencias en los fundamentos del juego que manejan con tanta justeza, neutralizados en sus puntos fuertes por los All Blacks, encontraron la forma de ganar. La victoria por 18-12 deja a los bicampeones del mundo al borde de conquistar el Rugby Championship, un título que sólo obtuvieron en la versión reducida de 2019.
Imprecisos con la pelota en las manos, extrañamente erráticos en el line-out, ampliamente superados en el juego en el piso, los Springboks igualmente encontraron en su mayor determinación el camino hacia la victoria. Los All Blacks batallaron todo el partido, igualaron la intensidad del rival, pero nunca los pudieron quebrar y no aprovecharon las situaciones favorables. Tres penales errados del apertura Damian McKenzie, dos de ellos para pasar al frente en momentos críticos, resultaron decisivos.
Sudáfrica ganó así su cuarto partido en cuatro presentaciones en el certamen (por primera vez desde el Tri-Nations 2009 les gana los dos a Nueva Zelanda) y alcanzó los 18 puntos, dejando fuera de acción a sus vencidos (7 unidades), con dos partidos por jugar. Podría coronarse más tarde si Pumas (5) y Wallabies (4) igualan en Santa Fe. De haber un ganador en ese encuentro, ese equipo será el único que quede con posibilidades de sobrepasar a los Springboks, que cierran la competencia con dos test matches ante los Pumas: el 21 del corriente en Santiago del Estero y siete días más tarde en Nelspruit.
Nueva Zelanda salió decidido a tomarse revancha de la caída de la semana pasada en Ellis Park y dio una tremenda batalla con los forwards. De la mano de Scott Barrett, Sam Cane y un partidazo de Tupo Vaa’i recuperó un total de nueve pelotas en el contacto, neutralizando el juego de poder de los sudafricanos y ganando penales. Sudáfrica perdió la inusual cifra de tres line-outs, y en varios de los 13 que obtuvo la pelota salió sucia. Pero tuvo mayor atrevimiento (e inteligencia para saber cuándo arriesgar y cuándo no) de buscar el line-out en un par de penales en ataque en lugar de sumar de a tres y así consiguió los dos tries que terminaron de configurar la victoria.
Fue el cuarto éxito consecutivo ante los All Blacks, remontándose a la final del Mundial de Francia 2023 y al amistoso previo a ese certamen en Twickenham, una seguidilla que no lograban desde 1949. Es la primera vez en la historia del Rugby Championship, desde su creación en 2012, que los All Blacks, campeones de 10 de las 12 realizaciones previas, pierden tres partidos.
Después del partidazo que habían disputado una semana antes, de ida y vuelta, con muchos puntos y muchas ganas de jugar por parte de ambos, se esperaba algo similar de la revancha en el DHL Stadium de Ciudad del Cabo. No obstante, los dos equipos tardaron en despegar. En el primer tiempo estuvo signado por la lucha, el juego corto, los errores y, sobre todo, una tremenda disputa en el suelo cada vez que un jugador era tackleado. En ese aspecto del juego estuvieron mucho más dúctiles los neoclenadeses, que de la mano de Scott Barrett y Sam Cane pescaron varias pelotas y forzaron penales. Por esa vía, los All Blacks se fueron al descanso con ventaja de 9-3.
Sudáfrica salió determinado a revertir el flujo del partido en el segundo tiempo y consiguió a los cinco minutos consiguió el primer quiebre del partido en una gran combinación entre Eben Etzebeth, disfrazado de apertura, y Willie Le Roux. La acción derivó en un penal que los Springboks eligieron cambiar por line-out en lugar de ir a los palos y tuvieron su premio. Tras varios intentos, Siya Kolisi cruzó la línea prometida y adelantó a su equipo por primera vez en el encuentro: 10-9, y al rato 13-12.
A los 23 ocurrió una jugada que marcó un punto de inflexión: Willie le Roux vio la amarilla por un knock-on intencional y Damian McKenzie tuvo dos oportunidades para poner en ventaja a los All Blacks, pero falló en ambas (también erró un penal Sacha Feinberg-Mngomezulu. Cuando el fullback estaba por regresar, quien fue enviado al sin-bin fue Tyrell Lomax, y la ventaja numérica pasó al otro lado. Los Springboks olieron sangre, otra vez fueron al line-out en lugar de buscar tres puntos y otra vez tuvieron premio, con Malcom Marx aterrizando en el in-goal. El yerro del apertura en la conversión dejó el desenlace abierto, con seis minutos por jugarse (18-12).
Tuvo un line en ataque sobre el final, pero Sudáfrica lo robó y desató la euforia en Ciudad del Cabo. El bicampeón del mundo sigue marcando el pulso del rugby mundial. Le queda un paso más para marcar otro hito. Ahora, vienen por los Pumas.
Sudáfrica: Willie le Roux; Canan Moodie, Jesse Kriel, Damian de Allende y Cheslin Kolbe; Handré Pollard y Grant Williams; Pieter-Steph du Toit, Jasper Wiese y Siya Kolisi (c); Ruan Nortje y Eben Etzebeth; Frans Malherbe, Bongi Mbonambi y Ox Nché. Entrenador: Rassie Erasmus.
Cambios: ST 6m, Malcolm Marx por Mbonambi y Lukhanyo Am por Moodie; 13, Vincent Koch por Malherbe, Elrigh Louw por Wiese y Sacha Feinberg-Mngomezulu por Pollard; 14, Gerhard Steenekamp por Nché; 16, Kwagga Smith por Kolisi; 19, Jaden Hendrikse por Williams.
Nueva Zelanda: Will Jordan; Sevu Reece, Rieko Ioane, Jordie Barrett y Mark Tele’a; Damian McKenzie y Cortez Ratima; Sam Cane, Ardie Savea y Wallace Sititi; Tupou Vaa’i y Scott Barrett (c); Tyrel Lomax, Codie Taylor y Tamaiti Williams. Entrenador: Scott Robertson.
Cambios: PT: 18m, Asafo Aumua por Taylor (temporario). ST 10m, TJ Perenara por Ratima y Anton Lienert-Brown por Tele’a; 19, Luke Jacobson por Sititi; 20, Beauden Barrett por Jordan; 28, Ofa Tu’ungafasi por Williams; 36, Fletcher Newell por Ioane.
Suplente: Sam Darry.
PT: 15, 29 y 40m, penales de McKenzie (NZ); 32, penal de Pollard (S).
Amonestados: 14m, Wiese (S); 16, Reece (NZ).
ST: 10m, gol de Pollard por try de Kolisi (S); 14, penal de Feinberg-Mngomezulu (S); 19, penal de McKenzie (NZ); 34, try de Marx (S).
Amonestados: 22m, Le Roux (S); 33, Lomax (NZ).
Cancha: DHL Stadium, Ciudad del Cabo, Sudáfrica.
Árbitro: Matt Carley (Inglaterra).