A medida que transcurren los años, el envejecimiento es inevitable; si bien existen hábitos saludables en alimentación, descanso y ejercicio para retrasarlo, hay dos franjas etarias en las que este proceso se da de manera más rápida, según un estudio realizado por la Universidad de Stanford. Durante varios años se analizó a un grupo de voluntarios y los resultados sorprendieron bastante a los investigadores.
La longevidad es uno de los temas más apasionantes de nuestro tiempo, dado que se conocieron una infinidad de casos en los que las personas lograron superar el centenar de años. Algunos porque llevaron una vida saludable, alejados del estrés, la mala alimentación y el sedentarismo. Otros remarcaron pequeños “secretos” para llegar a esa edad. En este sentido, cualquiera pensaría que el envejecimiento tiene un ritmo uniforme conforme pasan los años, pero el estudio de la Universidad de Stanford reveló todo lo contrario.
El mismo, publicado en el sitio Nature Aging, aseguró que existen dos momentos claves de la vida, que suelen traer consigo impactos negativos en la salud del ser humano.
¿Cómo se realizó el estudio? Se analizaron los datos de más de 135.000 moléculas y microbios en muestras biológicas de 108 participantes que se comprometieron durante varios años. Los resultados dieron que tanto las moléculas como los microbios no cambia de manera constante o cronológica. En realidad, los seres humanos experimentan dos períodos de envejecimiento: uno a los 44 y otro a los 60 años.
El envejecimiento que se da a los 60 años no fue sorprendente para los investigadores, ya que es común que sea un período donde aumentan los riesgos de enfermedades relacionadas con la edad. Por eso, se encontraron alteraciones en la regulación inmunológica, la función renal y el metabolismo de los carbohidratos, así como también las alteraciones en la piel, músculos y algunas enfermedades cardiovasculares.
Pero lo que realmente sorprendió a los especialistas fueron los 44, basados en los cambios significativos en los niveles de moléculas relacionadas con la piel, los músculos y las enfermedades cardiovasculares, así como también la capacidad de metabolizar alcohol, cafeína y lípidos.
Este estudio no es definitivo y los investigadores explicaron que hay analizar más en profundidad para entender esta similitud entre los participantes. Los científicos sugirieron que esto se puede relacionar con cambios en el estilo de vida o de comportamiento, como, por ejemplo, un mayor consumo de alcohol después de los 40 años, que podría tener efectos adversos en el metabolismo.
No obstante, es un interesante resultado que señala que en estas dos etapas de envejecimiento las personas deben prestar más atención a sus hábitos saludables que tienen que ver con la ingesta de alimentos más beneficiosos para el organismo, el descanso de las horas necesarias y la realización de ejercicio diario. Asimismo, es recomendable cuidar la salud cardiovascular, controlar el peso y reducir el consumo de alcohol y cafeína a partir de esa edad.
Cabe destacar que, en cualquiera de los dos casos, lo más recomendable es consultar con un médico de cabecera, quien realizará los chequeos de rutina necesarios para conocer el estado de cada uno.