Un éxodo silencioso: el 96% de los universitarios peruanos considera emigrar por falta de oportunidades

El 96% de los universitarios peruanos considera emigrar, principalmente por la falta de oportunidades laborales

En las aulas de las universidades del Perú, jóvenes llenos de sueños y aspiraciones enfrentan una dura realidad. Sus planes de futuro, en su mayoría, no incluyen quedarse en el país que los formó. La situación no es nueva, pero sí alarmante. Un reciente estudio del Centro de Investigación en Opinión Pública (CIOP) de la Universidad de Piura, encabezado por el doctor Fernando Huamán Flores, expone en cifras lo que muchos intuían: la gran mayoría de universitarios peruanos desea migrar.

El fenómeno no se limita al deseo de una vida mejor. Es un reflejo de un sistema político, económico y social que, según los jóvenes, no les ofrece oportunidades. La investigación señala que el 96% de los universitarios encuestados consideraría dejar el Perú si tuviera los medios para hacerlo. Entre sus destinos preferidos, Europa lidera con un 52%, seguido por Estados Unidos (15%), América Latina (12%), Canadá (12%) y Asia (5%). Solo un 4% manifestó el deseo de quedarse en el país. El idioma, la cultura y las oportunidades laborales son factores determinantes en estas elecciones.

Este dato resulta significativo cuando se analiza en el contexto de las masivas migraciones recientes. Según cifras oficiales, 608 mil peruanos dejaron el país en 2024. De ellos, una gran proporción pertenece al grupo de jóvenes entre 18 y 35 años, los mismos que forman parte de las universidades.

Hace unos meses la encuesta de Ipsos, encargada por el diario Perú21,señaló que un 46% de los encuestados menciona que la principal razón para dejar el país es la búsqueda de mejores oportunidades económicas. A este motivo le sigue la preocupación por la seguridad, con un 16% de las respuestas, y los estudios, con un 8%. Estos últimos factores son particularmente valorados por los estratos A y B, quienes también cuentan con los medios para realizar los planes de emigración. Aun así, solo el 17% de los encuestados tiene un plan concreto para dejar el Perú.

Centralismo y fuga de talento

Amores reales, Cecilia y Lucas (Imagen Ilustrativa Infobae)

El centralismo en Lima es otro factor que define la narrativa migratoria de los estudiantes. El 61% de los encuestados afirmó que buscaría desarrollar su carrera en la capital, incluso si se formaron en una provincia. Por el contrario, solo el 15% expresó disposición para permanecer en la región donde cursaron sus estudios, y un escaso 5% consideraría trasladarse de Lima a una provincia. Estas cifras confirman una concentración histórica de oportunidades en la capital, lo que profundiza la brecha de desarrollo entre Lima y el resto del país.

“Es un modelo económico centralista. No tenemos nodos de crecimiento económico al interior del país”, señaló Huamán Flores para Infobae Perú. Esta falta de descentralización económica y administrativa empuja a los jóvenes no solo hacia Lima, sino también hacia el exterior del país, en busca de opciones que simplemente no encuentran en las provincias. El panorama parece perpetuar un círculo vicioso: las oportunidades están concentradas, lo que genera migraciones internas; y ante la saturación de la capital, la única salida visible para muchos es cruzar las fronteras.

La calidad de la educación universitaria también influye en las decisiones de migrar. Aunque iniciativas como la Superintendencia Nacional de Educación Universitaria (SUNEDU) han buscado elevar los estándares de calidad, el impacto aún es limitado frente a las expectativas de los estudiantes. Según el experto, “si las universidades no promueven la investigación y la docencia de calidad, los egresados simplemente no encuentran un entorno competitivo para desarrollarse”.

El problema no radica únicamente en la calidad de la enseñanza, sino también en la desconexión entre los planes de estudio y las necesidades del mercado laboral. “Podemos diseñar carreras enfocadas en sectores estratégicos regionales, pero si no hay actividad económica en esas áreas, los egresados inevitablemente migrarán a Lima o al extranjero”, agregó el director del CIOP.

La falta de articulación entre el sistema educativo y el desarrollo económico regional se traduce en una percepción de inutilidad de los títulos universitarios obtenidos en el país. Esta percepción alimenta la idea de que estudiar en el extranjero, o al menos buscar oportunidades laborales fuera, es la mejor inversión posible para asegurar un futuro estable.

¿Qué piensan los universitarios sobre el futuro del país?

Los jóvenes de entre 18 y 25 años son los más propensos a emigrar, impulsados ​​por la falta de oportunidades y un futuro incierto en Perú.

El estudio del CIOP también indaga en la percepción que los jóvenes tienen sobre el panorama político y económico del Perú. Un 55% de los encuestados considera que la política empeoró en los últimos 20 años, mientras que solo un 12% cree que mejoró. Esta visión negativa se extiende al ámbito económico: el 70% afirma que la situación económica del país seguirá igual o empeorará en el futuro próximo.

La falta de confianza en las instituciones públicas y en las posibilidades de cambio alimenta un pesimismo generalizado que se refleja en el deseo de migrar. Para muchos universitarios, quedarse en el Perú no es solo una decisión económica, sino una apuesta por un futuro incierto en un sistema que perciben como fallido.

La pérdida de talento joven tiene un impacto directo en el desarrollo del país. Las familias que invierten en la educación universitaria de sus hijos ven cómo esa inversión, en lugar de generar beneficios locales, termina beneficiando a economías extranjeras. Las remesas enviadas por peruanos en el exterior han aumentado en los últimos años, pero este flujo financiero no compensa la pérdida de capital humano.

Además, la fuga de talento plantea preguntas sobre el futuro del país como sociedad. ¿Cómo se puede construir un proyecto nacional cuando los jóvenes más educados y formados optan por buscar oportunidades fuera? ¿Qué rol deben jugar el Estado, las universidades y las empresas privadas para revertir esta tendencia?

La conversación en los hogares peruanos

(Imagen Ilustrativa Infobae)

El dilema migratorio no se limita a los números y las estadísticas. En miles de hogares peruanos, esta decisión se debate día a día. Padres que calculan el costo de una universidad en el extranjero, estudiantes que sueñan con becas y familias que enfrentan la separación como el precio inevitable de un futuro mejor. Las búsquedas en internet relacionadas con “migración” y “estudiar en el extranjero” han crecido exponencialmente, reflejando la ansiedad colectiva por encontrar una salida.

El caso de los universitarios es especialmente simbólico porque representan una inversión de esperanza. Son jóvenes que, en teoría, deberían liderar la transformación del país. Sin embargo, sus aspiraciones están cada vez más lejos de las fronteras nacionales, en un fenómeno que recuerda las olas migratorias de las décadas de 1980 y 1990, marcadas por crisis similares.