El bonaerense Yamil Peralta (89.800 kg), segundo en el ranking mundial, desperdició una magnífica oportunidad para obtener el mundial crucero – interino vacante- (CMB) al empatar, en doce rounds, en el combate desquite con el púgil canadiense Ryan Rozicki ( 89.800 kg), en un match que se llevó a cabo anoche en el estadio Centre 200, de la ciudad isleña de Sydney, Nueva Escocia, Canadá.
La pelea fue desprolija, de escaso relieve –técnico y emotivo- y arrojó un empate en la óptica de los jurados que castigó ambos púgiles por su inoperancia en el cuadrilátero. Peralta, de 33 años, siendo mucho más que su oponente , expuso muy poco. Sobre todo, porque jamás tuvo variantes en su estilo repetido y abúlico al cabo de 36 minutos: mucha traslación de ring, piernas, un buen jab de izquierda, pero una irresolución total para pasar al ataque y cruzar sus derechazos. Pese a ello, las pocas veces que lo hizo, dañó seriamente el ojo de su rival.
Rozicki, de 29 años, llevó el peso de la pelea, intentó atacar pero en pocas ocasiones lo hizo con claridad. Sólo en el úndecimo round encontró algunos aciertos sobre la cara de Yamil, que desató la reacción de un público tan frío como la noche y esa falta de presión, pasional y popular, de los 2.500 asistentes tampoco fue aprovechada por Peralta.
La pelea y el rendimiento individual de ambos fue inferior al desempeño que expusieron cuando pelearon por primera vez el año pasado en este mismo recinto y en un fallo injusto y localista Rozicki ganó por puntos. Ante aquel fallo inadmisible el CMB sancionó este desquite obligatorio cuyo producido no conformó a nadie.
Los jurados fallaron de este modo: Michael Tate, de Estados Unidos: 115 – 115, para el canadiense, mientras que su compatriota Mike Fitzgerald y el mexicano Moisés Melhen otorgaron una igualdad en 114. El veredicto reflejó la paridad y la chatura de la confrontación.
¿Qué queda para Peralta? Una situación de privilegio en el ranking, basada con este resultado y una carrera positiva fundamentada en un record legitimo de 26 victorias ( 9 KO) , 8 derrotas y un empate. Pero su imagen abrió muchos interrogantes: su falta de convicción para ganar una pelea accesible se convirtió en un gran acertijo. Su fondo físico llamó la atención. Su cuerpo no destacó las “marcas” en su musculatura que siempre expuso y su carencia en los cambios estratégicos llamó la atención. ¿Su propia indolencia? o ¿Falta de reacción de su rincón?
Peralta, que alterna la profesión de boxeador con su trabajo de supervisor de poda de árboles en el Gran Buenos Aires en una de las empresas de “Chiqui “Tapia, presidente de la AFA, sólo atinó a decir: “Creo que gané, que gané otra vez aquí pero no tengo nada más que decir. Sólo agradezco a todos los que confiaron en mí”.
Estaba tranquilo. No se sintió frustrado. Ahora, el CMB, mantiene como campeones Crucero a dos púgiles casi retirados: el sueco Badou Jack, titular en receso, y el armenio Noel Mikaelian, poseedor del titulo regular pero frenado por la Justicia por litigios contractuales con su promotor Don King.
Yamil dejó pasar una oportunidad increíble. Olvidó ejecutar sobre el ring los principios históricos y necesarios para convertirse en campeón. Una pena. Tenía todo servido en bandeja y no se dio cuenta cómo resolver una faena fácil, simple y poco complicada.