Un hallazgo del telescopio James Webb pone en duda cómo se formaron las galaxias

En febrero de 2023, el telescopio espacial James Webb (JWST) de la NASA generó un descubrimiento que sorprendió a la comunidad científica: seis galaxias masivas y altamente evolucionadas fueron observadas en una etapa temprana del universo, a solo 500 millones de años después del Big Bang.

Estas galaxias, con masas equiparables a la de nuestra Vía Láctea y hasta 100 mil millones de veces mayores que la del Sol, plantean dudas sobre los modelos tradicionales de la evolución galáctica y cuestionan aspectos de nuestra comprensión del cosmos, según publica la agencia EFE, citando al artículo científico publicado en The Astrophysical Journal.

La paradoja del tamaño y evolución temprana

Lo que hace notable a este hallazgo es la velocidad con la que estas galaxias parecen haberse formado. Según las teorías convencionales, tales estructuras galácticas no deberían haber alcanzado semejante tamaño en tan poco tiempo, lo que implica que el proceso de formación galáctica podría haber sido mucho más rápido y eficiente de lo que se pensaba.

Este descubrimiento generó un debate sobre la posible existencia de procesos desconocidos en el universo temprano que habrían facilitado esta formación galáctica acelerada.

Algunas galaxias parecen formarse sin la presencia significativa de materia oscura. Foto: Archivo.

La ausencia de materia oscura y su rol en la formación galáctica

Otro aspecto controversial de este hallazgo es la relación de estas galaxias con la materia oscura. En estudios previos, como el análisis de la galaxia NGC1052-DF2, los astrónomos descubrieron que algunas galaxias parecen formarse sin la presencia significativa de materia oscura, un componente esencial en los modelos actuales de formación.

Este fenómeno desafía aún más el paradigma de que la materia oscura es fundamental para la estabilidad y crecimiento de las galaxias en sus etapas iniciales.

Cambios en los modelos cosmológicos actuales

Los investigadores se encuentran ante la difícil tarea de ajustar los modelos cosmológicos para explicar la existencia de estas galaxias tempranas y masivas. Esto podría implicar que el universo joven era mucho más eficiente en la creación de estrellas y galaxias, o que hubo condiciones extremas aún desconocidas que permitieron esta rápida evolución.

En palabras de los astrofísicos, se trata de “criaturas realmente extrañas” que no encajan en los modelos de formación conocidos, lo que sugiere que el JWST nos está revelando un universo mucho más complejo y diverso de lo que alguna vez imaginamos.

Esta imagen recortada del Telescopio Espacial James Webb captura un área al noreste del corazón de la Nebulosa de Orión. Foto: Archivo.

Posibles explicaciones y teorías emergentes

Algunos científicos especulan que estos hallazgos podrían deberse a eventos desconocidos en el universo temprano, como la existencia de agujeros negros masivos que pudieron haber acelerado el proceso de acumulación de masa en las galaxias o incluso a fenómenos de expansión y contracción galáctica que actualmente no comprendemos en su totalidad.

También se plantea la posibilidad de que el universo primitivo contuviera una distribución de materia y energía distinta a la observada hoy, lo que habría permitido una formación galáctica más eficiente.

Implicancias futuras y el rol del JWST

El JWST continuará estudiando estas galaxias y otras regiones del universo temprano para profundizar en estos misterios. Con grandes capacidades infrarrojas, el telescopio tiene la capacidad única de observar más allá de lo que otros instrumentos lograron, acercándonos a los orígenes del cosmos. Sin duda, este descubrimiento podría marcar un antes y un después en la cosmología, llevándonos a replantear preguntas fundamentales sobre el universo.

Los descubrimientos realizados desafían los modelos actuales de formación galáctica, poniendo en tela de juicio muchas de las suposiciones que sustentan nuestra comprensión del universo. Estos hallazgos nos recuerdan la vastedad de lo desconocido y nos llevan a cuestionar los límites del conocimiento humano, sugiriendo que el cosmos es un lugar mucho más extraño de lo que jamás habíamos concebido.