Un volcán en Etiopía libera metano en niveles alarmantes y genera evacuaciones masivas

Vista satelital del monte Fentale en Etiopía (Crédito: Wikimedia)

El monte Fentale, un volcán activo ubicado en el Gran Valle del Rift, en Etiopía, ha comenzado a liberar cantidades inusualmente altas de metano, un potente gas de efecto invernadero.

Según reportó un satélite de la Unión Europea, esta emisión masiva se detectó tras meses de intensa actividad sísmica en la región, que ha provocado la evacuación de decenas de miles de personas ante el temor de una posible erupción.

La situación ha captado la atención de científicos y expertos en monitoreo ambiental debido a la magnitud de las emisiones y su impacto potencial en el calentamiento global.

De acuerdo con datos proporcionados por la empresa canadiense GHGSat, especializada en la observación de gases de efecto invernadero, se registró una emisión de metano desde el cráter del monte Fentale a un ritmo de 58 toneladas por hora, lo que equivale a aproximadamente 1.400 toneladas métricas por día.

Este volumen de metano tiene un impacto climático comparable a las emisiones generadas por la quema de 20 millones de kilogramos de carbón. Aunque es común que los volcanes liberen gases como dióxido de carbono y dióxido de azufre, la presencia de metano en estas cantidades es un fenómeno inusual, según explicó John Stix, investigador de la Universidad McGill en Canadá.

El papel de los satélites en la detección de emisiones

El descubrimiento inicial fue realizado por un satélite de la Unión Europea (Crédito: Flickr)

El descubrimiento inicial fue realizado por un satélite de la Unión Europea, que detectó concentraciones de metano en las inmediaciones del monte Fentale. Esto llevó a GHGSat a redirigir sus instrumentos de alta resolución hacia el volcán para realizar un análisis más detallado.

Según Jason McKeever, representante de GHGSat, las emisiones de metano han sido monitoreadas en sobrevuelos posteriores, aunque se ha observado una disminución en la tasa de emisiones desde el 9 de febrero.

La creciente constelación de satélites diseñados para rastrear emisiones de gases de efecto invernadero ha sido clave para identificar este tipo de fenómenos.

Estos dispositivos, que suelen enfocarse en fuentes humanas como yacimientos de petróleo, minas de carbón y vertederos, han permitido ahora detectar emisiones de origen volcánico que anteriormente habrían pasado desapercibidas.

Actividad sísmica y desplazamiento de magma

Entre diciembre y enero se registró un enjambre de terremotos atribuidos al desplazamiento de magma bajo la corteza terrestre (Crédito: Flickr)

El aumento en las emisiones de metano coincide con un periodo de intensa actividad sísmica en la región. Según informaron las agencias de monitoreo de volcanes, entre diciembre y enero se registró un enjambre de terremotos atribuidos al desplazamiento de magma bajo la corteza terrestre.

Este fenómeno, descrito por Stix como “una gran grieta de magma que se propagó a través de la corteza”, generó preocupación entre las comunidades locales y las autoridades, lo que llevó a la evacuación preventiva de miles de personas.

En las últimas semanas, sin embargo, se ha reportado una desaceleración tanto en la actividad sísmica como en las emisiones de metano, lo que podría indicar una estabilización temporal del sistema volcánico. A pesar de ello, los expertos advierten que el comportamiento de los volcanes es impredecible y que la situación debe seguir siendo monitoreada de cerca.

El misterio del origen del metano

La ausencia de dióxido de azufre en las emisiones sugiere que el metano no proviene directamente de un depósito de magma (Crédito: Flickr)

Uno de los aspectos más intrigantes de este caso es el origen del metano emitido por el monte Fentale. Según explicó Stix, la ausencia de dióxido de azufre en las emisiones sugiere que el metano no proviene directamente de un depósito de magma. En cambio, podría estar relacionado con un depósito de gas subterráneo que fue perturbado por el movimiento del magma bajo la superficie.

Este tipo de interacción entre el magma y los depósitos de gas es poco común y plantea nuevas preguntas sobre los procesos geológicos que ocurren en el interior de los volcanes.

El metano es un gas de efecto invernadero con un potencial de calentamiento global mucho mayor que el dióxido de carbono a corto plazo, lo que hace que estas emisiones sean particularmente preocupantes desde el punto de vista ambiental.

Aunque los volcanes no suelen ser una fuente significativa de metano en comparación con las actividades humanas, este caso destaca la importancia de monitorear todas las posibles fuentes de emisiones para comprender mejor su impacto en el clima global.