Hay un punto en común que une a una chacra rural de la antigua Buenos Aires con una lejana ciudad escocesa y el general José de San Martín. Ese vínculo tendrá una celebración dentro de pocas semanas. ¿De qué se trata? Veamos.
El 19 de ese mes se cumplirán los 200 años de un reconocimiento público que tuvo San Martín en Banff, Escocia. De allí era James Duff, cuarto conde de Fife, que conoció al Libertador cuando ambos luchaban contra las tropas napoleónicas que invadieron España. Así quedó una amistad que permaneció por el resto de sus vidas.
El general mantuvo el vínculo con Duff tras su regreso al país en 1812 para pelear por la independencia. Antes, Duff le había facilitado a San Martín un salvoconducto para viajar a Londres. El escocés admiraba el coraje y la acción de San Martin.
Cuando nuestro prócer decide dejar el país, al final de la campaña libertadora, viaja con su hija Mercedes a Londres, la ubica en un colegio y viaja a Banff, distante unos 700 kilómetros de Londres, para visitar a su amigo Duff.
El 19 de agosto de 1824, durante su visita de dos semanas a su entrañable amigo Duff, el Libertador fue declarado Ciudadano de Honor y Cófrade de los guilds o (hermanades). Ese día se leyó el acta que lo honraba. Este reconocimiento es altamente excepcional.
Doscientos años después, el 19 de este mes, la ciudad de Banff le brindará un homenaje al general San Martín. En el edificio municipal Town House se ejecutará la Marcha de San Lorenzo con gaitas escocesas y habrá un encuentro recordando la visita del embajador argentino Carlos Hogan en 1950, en el centenario del fallecimiento del general San Martín. Luego, el comité organizador, en el que participa el Instituto Británico San Martín, se trasladará al Castillo de Banff para ver la araucaria plantada por Hogan, obsequio del gobierno argentino. Más tarde se dirigirán al Museo de Banff donde habrá una exposición dedicada al Prócer y donde se exhibe una réplica del sable de San Martín. Luego, habrá un traslado a la Duff House, lugar donde pernoctó San Martín en su estadía en Banff, hoy transformada en una galería de arte. Entre música escocesa, discursos e intercambio de obsequios se plantará una acacia en la parte trasera de la casa.
En paralelo, según nos informa Juan Dávila y Verdín, un argentino que recientemente fue galardonado con las Llaves de la ciudad de Londres, formado en historia en la Universidad del Litoral, el 16 y el 17 de este mes, en la Embajada Argentina argentina de la capital británica se inaugurará una exposición alusiva a San Martín, abierta a la comunidad local para sumarse a la conmemoración del Bicentenario del reconocimiento público de San Martín en Banff.
Conviene recordar que unos 20 años después de la muerte de San Martín surgieron dos biografías escritas en inglés. La primera fue la del capitán Basil Hall. Se basó en una entrevista concedida por el General en Perú, en 1822, abordando la importancia de asegurar la independencia de América. Allí se lo comparó con Napoleón Bonaparte y se dijo que ambas figuras eran “las más relevantes de la historia política y militar de todos los tiempos”.
El segundo biógrafo británico fue el general William Miller, quien se unió al Ejército de los Andes y participó en la batalla de Maipú, que liberó definitivamente a Chile de los realistas. En 1829, publicó sus memorias en Londres donde destacó la trayectoria de San Martín.
En Buenos Aires
Está previsto que en 2025 la Comisión de Homenaje visite la Argentina, con la exposición de San Martín. El pueblo de Banff está muy interesado en conocer la Plaza Ciudad de Banff en el barrio de Versalles, en la ciudad de Buenos Aires.
Versalles fue parte de una chacra rural, la Estanzuela La Paz. La plaza estuvo proyectada desde los comienzos. Hoy, siete plantas de buena altura, ubicadas en un ángulo de la plaza denuncian haber pertenecido a la chacra. Son las Agathis Robusta, conocidas como Falso Guayabo. Costó un largo tiempo que se inaugurara, fue un 2 de mayo de 1930 y se la conoció como Plaza Versalles. Fue necesario alambrarla para evitar que sea invadida por caballos y vacas. El 25 de noviembre de 1952, por un decreto municipal, cambió su nombre por “Ciudad de Banff”. Esto sucedió por la promesa que hizo en Banff el embajador Hogan, que un lugar de la Argentina llevaría el nombre de la ciudad escocesa en agradecimiento por el noble gesto recibido por San Martín.
Quien esto escribe, vecina del barrio, hace tiempo visitó Banff y, muy emocionada, pudo comprobar lo presente que está San Martín en esta ciudad.