A una semana de las elecciones locales en Rosario, todo indica que la renovación del Concejo Municipal será profunda y disputada. Trece de las veintiocho bancas se ponen en juego este domingo 29 de junio, y al menos ocho podrían quedar en manos de caras nuevas, mientras que los principales espacios políticos llegan a la recta final envueltos en un virtual empate técnico.
Una encuesta reciente realizada por la consultora Isasi/Burdman entre el 19 y 22 de junio muestra que las tres fuerzas con mayor intención de voto —La Libertad Avanza (LLA), Ciudad Futura–PJ y Unidos para Cambiar Santa Fe— están separadas por menos de cuatro puntos. El libertario Juan Pedro Aleart lidera con el 24,9%, seguido de Juan Monteverde con el 23,5% y, muy cerca, la oficialista Carolina Labayru con el 21,1%.
Según la lectura de la consultora, esta configuración evidencia un escenario de tercios consolidado. Aleart representa el voto libertario puro que creció en las presidenciales, aunque no habría logrado expandirse mucho desde las PASO de abril. Monteverde mantiene su caudal de votos de los sectores progresistas, pero no logra absorber del todo los votos del peronismo. En tanto, Labayru capitaliza su visibilidad como funcionaria municipal y retiene buena parte del voto oficialista que quedó disperso en la interna de Unidos.
Las caras que se van, las que podrían llegar
La elección del domingo no solo define un nuevo equilibrio de fuerzas, sino también una transformación de nombres. Solo cinco de los trece concejales que terminan su mandato siguen en carrera para renovarlo. Esto anticipa una renovación mínima del 60%, con chances ciertas de que al menos ocho bancas queden en manos de nuevos ediles.
Del actual oficialismo, apenas Ana Laura Martínez continúa en competencia y en el cuarto lugar de la lista que encabeza Labayru. En cambio, figuras como Carlos Cardozo, Verónica Irizar o Mariano Roca no buscarán renovar. Otros como Bracco o Calatayud quedaron relegados tras las PASO.
En la oposición, Monteverde y Norma López encabezan la lista de Ciudad Futura–PJ. Jesica Pellegrini también compite por seguir en el recinto. Por fuera, Lisandro Cavatorta y Julia Irigoitia, que rompieron con el peronismo y juegan por la lista Erre, también buscan sostener su banca.
La novedad es que entre las siete listas que compiten hay cuatro encabezadas por personas que nunca ocuparon una banca en el Palacio Vasallo. Juan Pedro Aleart (LLA), Carolina Labayru (Unidos), Eugenio Malaponte (Somos Vida y Libertad) y Carla Deiana (FIT) se presentan como outsiders en busca de su primer mandato. También hay un regreso: Roberto Sukerman, ex concejal y ex funcionario nacional y provincial, busca volver de la mano del espacio PAIS.
El impacto del clima político
Más allá de los nombres, el clima general de esta elección tiene su propia lógica. El oficialismo llega con el respaldo de la gestión local y provincial, que según algunas mediciones conserva buena imagen. Sin embargo, esa fortaleza no se traduce automáticamente en votos: la dispersión interna y la falta de figuras con fuerte tracción podrían afectar el rendimiento de Unidos en el Concejo.
Ciudad Futura y el peronismo intentan sintetizar un frente común progresista, aunque sin lograr cohesión total. Monteverde conserva centralidad, pero otros sectores —como Sukerman o Cavatorta— disputan parte del mismo electorado.
En tanto, La Libertad Avanza apuesta fuerte con Aleart, que concentra un voto duro de rechazo al status quo político, aunque todavía está por verse si podrá traducir su visibilidad en representación concreta.
La disputa por el control del recinto
Más allá del reparto de bancas, el gran interrogante de esta elección es qué mayoría se consolidará en el Concejo para acompañar o condicionar al Ejecutivo. En 2023, Unidos logró una bancada numerosa tras arrasar en las urnas, pero este año pone ocho bancas en juego y podría perder peso relativo. Ciudad Futura y el peronismo podrían fortalecerse si logran sumar nuevas figuras y mantener las actuales. Y el bloque libertario podría debutar en el recinto si Aleart confirma su tendencia.
La configuración final del Concejo no solo tendrá implicancias para la gestión de Pablo Javkin, sino también para la proyección provincial de las fuerzas políticas que se reconfiguran en Santa Fe. Con una convención reformadora en marcha y tensiones crecientes en el frente Unidos, el resultado en Rosario podría anticipar movimientos de fondo.