El exmandatario Vicente Fox Quesada (2000-2006) justificó la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reclasificar a los cárteles del crimen organizado como organizaciones terroristas extranjeras, en medio de la discusión de si aquel gobierno estaría dispuesto a intervenir directamente.
El exmandatario reconoció que la estrategia de seguridad, en comparación con la administración anterior, ha demostrado estar dando resultados, ello ante los golpes certeros que ha dado a algunas organizaciones, desde la detención de cabecillas, hasta la incautación de fentanilo y armamento.
Sin embargo, la anterior política de abrazos no balazos influyó en que ganaremos que Trump clasifique a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras.
“Creo que nos la ganamos, esta situación y decisión que está tomando el presidente Trump, lo digo con mucha tristeza porque en nuestro país abandonamos la lucha contra el crimen en la administración anterior, decidimos, que era mejor dar abrazos y aliarse con el crimen como lo hizo el presidente anterior, y por tanto a nuestros vecinos que también les afecta el crimen y las alianzas criminales”, dijo Fox Quesada la semana pasada durante la Cumbre Nacional de Economía y Turismo Amexme.
Trump contra los cárteles mexicanos
El 20 de enero, tan solo un par de horas después de haber jurado como nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump firmó una orden ejecutiva para evaluar cuáles cárteles podrían ser reclasificados como organizaciones terroristas. Ofreció un plazo de dos semanas para que las autoridades estadounidenses las identifiquen y le ofrezcan una visión sobre los tantos grupos que operan en nuestro país u otras partes de Centroamérica.
Aunque la orden no detalla cuáles cárteles serán designados formalmente, legisladores y otros funcionarios republicanos han identificado a al menos nueve grupos originarios de México que cumplen con los criterios establecidos en la legislación de Estados Unidos.
Para que algún grupo criminal sea considerado como “terrorista extranjera”, según la legislación, primero, debe tratarse de un grupo con sede o actividades principales fuera de Estados Unidos, lo que asegura que se trata de una amenaza. Segundo, la organización debe estar involucrada en actividades terroristas o tener la capacidad para realizarlas, lo que incluye actos como asesinatos, secuestros o el uso de armas explosivas, químicas o biológicas.
Por último, dichas actividades deben representar una amenaza significativa para la seguridad de los ciudadanos estadounidenses o para la seguridad nacional, incluyendo la defensa, las relaciones exteriores o los intereses económicos del país.
El día en que el mandatario firmó la orden ejecutiva un reportero le cuestionó si implicaría realizar acciones contra las organizaciones en territorio mexicano a lo cuál es respondió “podría pasar, han pasado cosas más extrañas”.
El gobierno mexicano ha minimizado la posibilidad de intervencionismo por agentes estadounidenses, en su lugar han hecho un llamado para trabajar en colaboración.