El Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) incluido en la Ley Bases ya es oficial: este viernes, el Gobierno reglamentó el sistema con el que espera atraer inversiones extranjeras al país a través del Decreto 749/2024 publicado en el Boletín Oficial por el Ejecutivo.
La medida lleva las firmas del presidente Javier Milei, el ministro de Economía, Luis Caputo, y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y establece que el objetivo del RIGI es el de “concretar el desarrollo económico, productivo y social de la Argentina”.
Este resulta fundamental en el plan de Milei y, de cara al viaje a Arabia Saudita que Luis Caputo llevará a cabo en septiembre en busca de inversiones, la reglamentación era el paso faltante para activar el desembolso de divisas extranjeras en el país.
Con 87 páginas de anexo, el Gobierno detalló los sectores que podrán adherir, los montos mínimos para acceder a los beneficios, las ventajas del régimen y otros detalles esenciales que las empresas estaban esperando para tomar decisiones.
Tras esto, en la práctica solo resta que las distintas autoridades de aplicación del RIGI, como la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), el Banco Central (BCRA) u otras publiquen las normas complementarias, las cuales “serán dictadas en un máximo 30 días”.
Según los considerandos de la medida, el RIGI permitirá explotar el “destacado potencial productivo y exportador de nuestro país, el cual, en atención a las deficientes políticas implementadas a lo largo de las últimas décadas, no se ha desarrollado por completo”, critica el escrito.
En particular, se apuesta a generar “inversión en proyectos de gran envergadura de larga maduración que aporten valor agregado a la economía nacional”.
Es por esto que, entre los objetivos prioritarios del RIGI, “se pretende generar las condiciones de previsibilidad, estabilidad y competitividad necesarias para atraer Grandes Inversiones a la República Argentina”.
“El RIGI permitirá que nuestro país asuma nuevamente la condición de proveedor mundial de bienes y servicios en condiciones de calidad y competencia y, a través de ello, contribuir a la prosperidad y el progreso de la Nación”, agrega la norma.
En particular, el decreto aclara que estos incentivos serán efectivos siempre y cuando se evite “alterar el funcionamiento eficiente de los mercados” con la creación de “distorsiones e ineficiencias que perjudiquen la libre competencia y el bienestar económico general”.
Es por esto que la medida publicada este viernes aclara que, en la creación y reglamentación del régimen, se prestó “especial cuidado a las consecuencias fiscales de su implementación” para que no impacte de forma negativa en las finanzas nacionales, provinciales o locales.
Todos los detalles del régimen con el que el Gobierno quiere “adelantar soluciones macroeconómicas” para que las empresas de determinados sectores se desarrollen en el país “con el dinamismo deseado”: a qué rubros alcanza, los montos y plazos.
Ya es oficial el RIGI: los puntos clave de la reglamentación del Régimen
El Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) fue aprobado por el Congreso a fines del pasado mes de junio dentro de la Ley Bases y su objetivo es facilitar y apuntalar el ingreso de inversiones extranjeras de gran talante al país: los puntos clave que se dieron a conocer este viernes.
1. ¿A qué sectores incluye?
Tal como se había definido previamente, el RIGI incluye a nueve sectores clave que el Gobierno cree que pueden ayudar al crecimiento de la economía argentina, pero, a su vez, “cuentan con dificultades intrínsecas para su desarrollo” en el país. Estos son:
- La forestoindustria;
- el turismo;
- la infraestructura;
- la minería;
- la tecnología;
- la siderurgia;
- la energía, y
- el petróleo y el gas (hidrocarburos)
Entre las dificultades que enumera el Decreto para estos rubros, se cuentan “el capital cuantioso e intensivo y los largos tiempos de recupero de lo invertido”.
Además, la medida marca que, “en el estado actual de situación del país y sin un adecuado marco de incentivo que brinde certidumbre y devuelva a la República Argentina competitividad como destino de inversión, las inversiones en cuestión verían seriamente afectadas sus posibilidades de ocurrencia”.